20 enero 2011

Excedente

Comenzamos el año en Argentina con un cese de comercialización de cereales y oleaginosas por parte de las entidades patronales rurales. En contra de las políticas agropecuarias nacionales, los integrantes de la Mesa de Enlace reclaman por la liberalización de exportaciones agrícolas. Nicolás Arceo, investigador del Centro Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) analiza el ciclo de expansión de agropecuaria y el margen de beneficios extraordinarios en los que se lleva adelante la medida. Un aporte camino a enmarcar este conflicto en la disputa más amplia por la distribución de la riqueza en nuestro país.

La consolidación de la expansión agraria en la posconvertibilidad

Por Nicolás Arceo *

La adopción de un nuevo patrón de crecimiento tras el colapso del régimen de convertibilidad produjo alteraciones sustantivas en la distribución del excedente en el sector agropecuario pampeano, aunque no implicó una modificación de las tendencias observadas desde mediados de los años noventa en la producción sectorial, cuando se asistió al inicio de una etapa de vertiginoso crecimiento del área sembrada y de la producción.

En efecto, durante la posconvertibilidad se profundizó dicho proceso pasando la superficie destinada a la producción de cereales y oleaginosas desde las 26,3 millones de hectáreas en la campaña 2000/01 a casi 30 millones de hectáreas en la campaña 2009/10. Este proceso se sustentó en un notorio incremento en la rentabilidad de la producción agrícola y, en particular, de la sojera que pasó a representar casi el 62% del área sembrada en la última campaña mencionada.

La devaluación de la moneda, y el posterior mantenimiento de un tipo de cambio competitivo, implicó un sensible incremento de la rentabilidad de la producción agrícola, a pesar de la aplicación de retenciones a las exportaciones desde el año 2002. En otras palabras, el nuevo “modelo productivo” permitió una mayor apropiación del excedente agrario por parte de los productores, que vieron incrementados sensiblemente sus márgenes brutos de producción desde los 209 dólares constantes por hectárea durante el régimen de convertibilidad hasta los 272 dólares en el período comprendido entre los años 2002 y 2010.

Sin embargo, esa elevada rentabilidad en dólares no da cuenta del extraordinario incremento de su capacidad adquisitiva local. Al evaluar los márgenes brutos en pesos constantes, es decir según su capacidad adquisitiva en el mercado local, se observa que los mismos pasaron de un promedio de 581 pesos por hectárea durante el régimen de convertibilidad a 1.432 pesos en el período 2002-2010. Es decir, el margen agrícola en pesos constantes prácticamente triplicó los valores verificados durante la etapa previa.

A su vez, el incremento de la rentabilidad se reflejó en un aumento del valor de las tierras agrícolas pampeanas. En el caso de la zona núcleo el precio promedio por hectárea pasó de 3.109 dólares durante la vigencia del régimen de convertibilidad a casi 14.000 dólares en el año 2010. Por lo tanto, el nuevo patrón de crecimiento no sólo implicó una mayor rentabilidad de la producción agrícola, sino que posibilitó además una elevada ganancia patrimonial, la cual fue reforzada por la pesificación asimétrica de los pasivos del sector agrario tras la devaluación de la moneda a comienzos del 2002.

Se debe resaltar que la elevación de la rentabilidad de la producción agrícola fue una consecuencia directa de la política económica, ya que hasta el año 2006 los precios internacionales de los principales cultivos de exportación se mantuvieron por debajo del nivel que habían exhibido en promedio durante régimen de convertibilidad. Efectivamente, el precio de exportación en dólares constantes de los cuatro principales cultivos pampeanos (ponderados según la superficie sembrada) se ubicó en el período 2002-2006 un 2,9% por debajo del valor registrado durante la década del noventa.

Por lo tanto, al menos hasta 2006, el incremento de la rentabilidad agraria no obedeció a la existencia de una coyuntura internacional excepcionalmente favorable, tal como se sostiene desde diversas entidades del sector, sino a la reducción de los costos de producción en dólares como consecuencia del nuevo patrón de crecimiento cuyo eje central fue el mantenimiento de un tipo de cambio competitivo.

La modificación de las condiciones imperantes en el mercado mundial condujo desde 2007 a un vertiginoso ascenso en los precios de los productos agrarios, proceso que, crisis financiera mediante, posibilitó aún en un contexto de paulatina apreciación del tipo de cambio la elevación de los niveles de rentabilidad en la producción agrícola. En el año 2010, los márgenes brutos por hectárea en la producción agrícola evaluados en dólares constantes fueron un 10,6% más altos que los registrados en el período comprendido entre los años 2002 y 2006, cuando ya eran de por sí muy elevados en términos históricos.

En síntesis, a lo largo de la posconvertibilidad se verificó un notorio incremento en la rentabilidad de la producción agrícola. En una primera etapa, dicho proceso estuvo asociado a la presencia de un tipo de cambio real excepcionalmente elevado, en tanto que desde 2007 el aumento en los niveles de rentabilidad estuvo determinado por la sensible elevación de los precios de los productos agrícolas en el mercado mundial. Es más, la subida de los precios internacionales a lo largo de los últimos meses permite prever no sólo el mantenimiento sino también el aumento en los niveles de rentabilidad agrícola a lo largo del presente año.

* CIFRA

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