07 julio 2010

Formacion política : fundamentos pedagogicos (1 de varios)

 11- Hablar “de política” no siempre es hablar políticamente
Es mucho más fácil hablar de política que hablar políticamente. Siempre ha sido así, y el momento que vivimos en Argentina  pone de manifiesto con más fuerza esta diferencia. 
Al mismo tiempo hablar “en” política, justamente, implica mucho más que hablar y una cualidad particular de la palabra.
Supone una posibilidad – y una exigencia- no sólo de actuar y de implicarse, sino, sobre todo – y esto es lo más difícil- de interrogarse, replantearse la propia intervención, el modo de responsabilzarse por el mundo y la historia propia y colectiva. Cosa que vale para los individuos y para los agrupamientos e instituciones.
Por eso, cuando hablamos de formación política nos referimos al ejercicio de generar conocimiento y sentido respecto de la dimensión política de las prácticas de los actores y del tramado de prácticas que es la realidad. Pronunciar unas palabras que permitan reconocer la trama de condiciones y decisiones que construye el mundo.
Es algo muy diferente a pensar “sobre” política – aunque evidentemente hay que pensar “sobre”. Es darle forma al sentido político de los conflictos que nos atraviesan y nos desafían. A cada cual y al conjunto.
Diferenciamos la propuesta respecto a los proyectos llamados de formación política que la toman como si fuera una sub-área más, un tema que se agregaría a lo social, lo cultural, lo económico y lo político. La política no algo “más”, no es un subsector más de la realidad de la: es lo que define lo demás y lo que decide la realidad.
Este definir, decidir, sucede cuando la política se imagina, cuando se instrumenta y organiza y cuando se interviene. Formar (se) políticamente es dilucidar, cuestionar y transformar  lo que de conflicto y decisión tiene lo que llamamos realidad, incluyendo nuestra propia identidad y posición. 

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