17 octubre 2008

BIENVENIDOS LOS LÍMITES - 4 de 6

Ilustración: REP / Mural por el Bicentenario (detalle)

4. Brechas y límites (II)

b. La brecha de representatividad y acción estatal-gubernamental (I)

Conectado con lo último dicho en el ítem anterior, es fundamental reforzar la capacidad de re-presentación del estado democrático, del gobierno y de las fuerzas que representan los múltiples intereses populares. Finalmente, es lo que estuvo en juego en ese tiempo: Quién re-presenta a los sectores populares, qué intereses debe representar-defender el Estado y cuan representativo y de qué es el gobierno.

Algunas preguntas en este sentido:
  1. ¿De qué está hecha la distancia entre voto y apoyo que se ha ensanchado en estos meses, desde las elecciones a esta parte? ¿Del tipo de medidas que se tomaron y no se tomaron (tren bala - tren ex-Sarmiento, sistema ferroviario, por ejemplo)?
  2. ¿De cantidad de interlocutores-voceros? ¿De más o menos mediaciones de conversación, de encuentro, de debate, con más diversos?
  3. ¿De canales presentes/ausentes de participación más directa en organizaciones y espacios políticos compartidos? ¿de la frágil (des)confianza que sigue siendo el componente principal y no reconstituido del vínculo político democrático en la Argentina pos que-se-vayan-todos?
  4. ¿Cómo fertilizar, regar, proteger en su lento crecimiento, un brote frágil de confianza política?
Otros horizontes, talantes y modos de articulación política de la representatividad. Frentes para la victoria y para qué más.

¿No será insuficiente construir herramientas políticas sólo para-la-victoria?

¿Qué clase de herramientas y organización política, de gentes, grupos y partidos, de convocatorias y propuestas, habrá que construir para unas batallas de transformación que no nos deparan sólo victorias... sino también, muy probablemente, empates y más de una derrota? ¿Cómo sostenerse, en todo caso, con el ánimo de ir a la victoria; pero también en el de hacer un camino que, si ha de ser de transformación, tendrá sus retrocesos y bajas? Los convocados para la victoria se irán cuando la victoria no sea evidente...

Quizás aquí hay un déficit de nuestra cultura política en general, una ausencia, un agujero en los modos de construcción y de “espiritualidades” políticas. Por otro lado, es cierto que mucho progresismo y algunas amplias baldosas del campo popular tienen un gusto algo perverso por la derrota, la queja y la resistencia... pero lo inverso en espejo tiene también sus bemoles. Nadie quiere la derrota –al menos nadie que lo confiese– pero la construcción política, en términos de transformación y apertura de un nuevo ciclo del país –viniendo del que venimos, y habiendo terminado el que terminó de la manera en que lo hizo– requiere un ánimo y unos dispositivos que puedan jalonarse y persistir con algo más que victorias. Sencillamente porque habrá mucho más –y mucho menos– que victorias.

El desafío de una hegemonía compleja

¿Cómo se construye una hegemonía compleja para una construcción ardua?

Frente a la fantasía de que las alianzas son “conmigo” o “contra mí”, “con nosotros” o “contra nosotros”: ¿cómo lograr un consenso más amplio, más contundente, aunque éste sea menos transparente, menos evidente y menos “total”?

Frente a una forma de construcción de adhesión y articulación lineal, literal, con un procesamiento simple de la "lealtad": ¿será posible lanzarse a construir en diagonal, con cierta ambigüedad y con lealtades tramadas de diferente consistencia y grado?

Hace falta construir una hegemonía compleja, porque compleja es la situación, porque congruentemente fragmentados están los actores sociales. Y evidentemente dispersas y golpeadas están las expectativas… cuando están.

Cerca del Titanic y apoyados a la sombra de los muros del infierno, la hegemonía simple funciona sin duda. Una vez que la catástrofe no parece tan cercana, hay que remar la situación para construir adhesiones.

Es una pena pero –sobre todo– es así. No se trata aquí meramente del estilo de uno u otro dirigente. Ojalá se tratara de eso. Se trata, más bien, de qué repertorios de modos de construcción, de fidelidad-lealtad, hay disponibles en nuestro campo político, en las prácticas disponibles y conocidas, consideradas factibles en los modos de organizar, interpelar y conducir. De cuáles gramáticas para conjugar la construcción política tenemos como sociedad. Si la etapa es nueva, amén de que tiene historia, los modos de construcción han de contener novedad. Habrá que inventar. Crear modos. No por abandonar lo tradicional –qué peor cosa que caer en la trampa de asociar “tradicional” a lo que hay que descartar: nos dejaría con una política sin tradición–. Más bien: qué hacer y re-hacer con la tradición y más allá de ella, desde ella.

Néstor Borri / nestorborri@nuevatierra.org.ar *

* Coordinador del Colectivo Ciudadanía. Director de Formación del Centro Nueva Tierra.

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