02 noviembre 2009

Cancerberos y coartadas 1

Cancerberos conversacionales

Distorsiones fundamentales, coartadas recurrentes cuando se piensan/nombran las realidades (políticas, pero borrándoles la política)
[Parte 1]
1Dirigir las críticas –y muchas veces “las luchas” degradándolas– hacia lo que se ve

Confundir el lugar, el rostro, y los portadores del poder, desplazando el epicentro. Por ejemplo y sobre todo, desde los dueños del capital concentrado al estado y a “los políticos”.

Invisibilizar (aún más, consentir sus ocultamientos) los poderes fácticos (inamovibles, persistentes, permanentes y en las sombras, o en la invisibilidad que hay detrás de toda fuente de “luz”)…

…y dirigir las críticas –y muchas veces “las luchas”, degradándolas– hacia lo que se ve: factores e instancias de poder que son, justamente, los que están a la vista y por eso mismo se pueden someter a la discusión.

Dicho de otro modo: darle coartada a los poderes fácticos, contribuyendo al socavamiento y subordinación que estos promueven entre los actores democráticos o, por lo menos, expuestos a la luz del debate democrático.

2 Dirigir las críticas –y muchas veces “las luchas” degradándolas– hacia lo que se ve

Suponer que “el estado somos (deberíamos ser) todos”; en el mismo momento en que se congela y asume una mirada en donde éste es por definición opuesto (y, en algún punto, como enemigo) de “la sociedad”.

En este movimiento, se elimina la idea -y la realidad- de que el estado, por definición no es “todos” ni “de” todos, sino, más bien, un espacio de disputa (siendo esto, además, constitutivo de la democracia)…

Dicho de otro modo, el estado es de todos, siempre y cuando y en tanto todos disputamos la direccionalidad y los espacios el estado (asimétricamente, además, y en condiciones desiguales, pero este es otro tópico, otra ficción, necesaria quizás: la de la igualdad de todos en el voto y ante la ley). Pero, salvo en una definición muy escolar, el estado no somos todos.

(Del resultado de esas disputas y ocupaciones, se obtendrán efectivamente espacios y posiciones parciales de poder estatal. Y en estos espacios, con diferentes posibilidades, se puja por definiciones “de” y “sobre” todos, sobre la definición misma de “todos” y de lo que tocando a unos o a otros, afecta a todos.)

Autor: Néstor Borri

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