23 noviembre 2009

Cancerberos y coartadas, 4

Cancerberos conversacionales

Los emblemas de la frontera que no se cruza

[parte 4]

Carcerberos

4
En este sentido, a otro nivel, algunas frases, lemas, consignas –emblemas– en muchos casos provenientes de tradiciones políticas nacional-populares, popular-democráticas, de raigambre trasformadora, terminan funcionando como trampas sobre las coartadas básicas descritas anteriormente.

O se entrampan en las coartadas, si se quiere.

Suman, a esa especie de “diseño de la realidad” (que también es un diseño ontológico), una estructuración especifica de situaciones, justamente de situaciones-nudo (que son su origen).

Ejemplos de estas formulaciones trampas-a-des-trabar:

  • “La única verdad es la realidad”
  • “Donde hay una necesidad hay un derecho”
  • “La organización vence al tiempo”

Rastrear este “stock”, este repertorio de frases, de consignas que actúan como formulaciones (como fórmulas, pequeñas formas, sintéticas, que sintetizan pero enhebran zonas clave del razonamiento, o que, como “moléculas” permean muchas otras figuras del pensar) es una tarea cuyo resultado redundará, seguramente, en desarmar un amplio conjunto de coartadas de desactivación, de puntos ciegos sobre los cuales se reproducen amplios panoramas de impotencia, de abortismo político, de repliegue sobre lo mismo, de consolidación de lo mismo-posible.


Conversaciones enteras, en largas series, agregadas y articuladas en varios planos encadenados y “como cajas chinas” encuentran en estas formulas, y en los esquemas que fuimos señalando, su tapón, su techo, su nudo disimulado.

Destrabar estas trampas es una manera de ampliar las posibilidades de las prácticas. No sólo ni tanto planteando otras cosas, sino replanteando el estatuto mismo de lo posible en las conversaciones y en la imaginación, en la autorización a nosotros mismos (en el sentido de hacernos autores y darnos permiso). Otras licencias.

Pero el problema que aparece por debajo de estas redefiniciones es este: Si los alcances y la frontera de lo posible cambian, cambia también el ámbito de responsabilidad. Una vez que se atempera o distrae o esquiva a estos cancerberos del infierno de la (im)posibilidad –porque esa es justamente la puerta que guardan y señalan– es el actor mismo, los sujetos que han de pasar de una situación a otra, pero además, que deberán elegir “ser otros”, no sólo “hacer otras cosas”. Sujetos que además, lejos de estar cien por ciento dispuestos al cambio y al avance, muchas veces, casi todas, no tienen –no tenemos– con qué pagar el precio subjetivo de estos pasos a dar. Y, más aún: en la mayoría de los casos hemos hecho amplios negocios subjetivos –y todo tipo de negocios– con y en el lugar que esas fronteras, entonces inamovibles, (nos) planteaban.


Autor: Néstor Borri


PRÓXIMA ENTREGA: 30 DE NOVIEMBRE

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