27 abril 2009

CONSTRUIR PODER / PODER CONSTRUIR - 5 de 6

sentido:
razones y pasiones

Colectivo Ciudadanía

sentido

conocimiento
Poder conocer y pensar el poder

Producción y circulación de conocimiento

En este punto podemos señalar, como un conjunto el conocimiento, la información, la comunicación, la formación. Podemos comprender estos elementos en el sentido de que el conocimiento es poder. «Saber es poder».

El principal poder del hombre es el de crear y pensar. En eso consiste su libertad. Eso es lo que diferencia “al peor arquitecto de la mejor abeja”. La capacidad de reflexionar y de ejercer su libertad.

Cuando hablamos de conocimiento, entonces, nos referimos no sólo ni tanto al conocimiento científico o técnico (ambos son también útiles y necesarios) sino también y sobre todo al conocimiento reflexivo sobre la realidad propia. El poder implica, antes que todo, un juicio sobre las posibilidades que tenemos o podemos tener en una situación determinada y en unas relaciones con otros.

La información, en el mismo sentido, es la capacidad de obtener, recibir y compartir conocimiento con otros.

Toda organización tiene un conocimiento implícito sobre su realidad. La acción de la organización debe ayudar a explicar ese conocimiento de cada uno y del conjunto para ponerlo al servicio de objetivos compartidos.

La formación en las organizaciones es central en este sentido como espacio e instancia de apropiación y creación de conocimiento.

Para pensar

// El «pensamiento único» es la manera en que el poder dominante se expresa como conocimiento, y, en tanto tal, como “verdad” y “autoridad”. No se trata solamente de una ideología: también genera su autoridad al expresarse de una manera «científica», presentándose como el único conocimiento verdadero.

// En el nivel cultural, sobre todo a través de los grandes medios de comunicación, se generan y transmiten conocimientos sobre la realidad, que en muchos casos responden de manera casi absoluta a los intereses de las grandes empresas. La concentración de la producción y de los medios de comunicación es un factor central en esto.

// La democratización de la información es central para poder crecer en conocimientos y decisiones autónomas de las organizaciones sociales, y para lograr una democratización de la sociedad.

// «Somos procesados por otros»: en muchos casos, en los países y grupos subordinados, la información con que esos mismos actores cuentan sobre sí mismos y sobre su propia realidad es producida en otros sitios y para otros intereses. Sin embargo, muchas veces es posible aprovechar estos conocimientos para recrearlos y resignificarlos en función de los propios objetivos.

Ejemplos...

// La sistematización de la propia experiencia, los espacios formales de reflexión común, los espacios de formación, son algunos ejemplos de medios por los cuales una organización genera conocimiento. También el intercambio con otras organizaciones y la capacidad de conectarse y aliarse con universidades e institutos de investigación.

// El uso de internet, la lectura atenta y crítica de los medios masivos de comunicación y la elaboración de medios porpios de la organización son maneras de generar y hacer circular información en la organización.


ideología
El poder de las ideas / Las ideas del poder

Elaboración y re-creación de ideología propia

Los conocimientos, la información y la experiencia adquieren sentido si logramos tener, crear, una visión propia de la vida, la historia y la organización.

Un marco de significados, de valores, de explicaciones para nuestras luchas, para nuestros logros y nuestras derrotas. Una visión global, un sistema de ideas.

Eso es lo que se llama una ideología.

Para evitar cerrarnos en nuestra manera de ver las cosas, en una ideología cerrada, podemos decir más bien: tener un marco ideológico común abierto pero firme, flexible pero lo más explícito posible, con capacidad de diálogo pero con convicciones éticas y políticas, donde el diálogo tiene un lugar privilegiado al lado de nuestra propia visión, convicciones y creencias.

La ideología no es una «deformación»: tendenciosa de la realidad, sino una manera de ver la realidad desde cierta posición. Toda realidad es, si se mira bien, una realidad interpretada desde algún punto de vista. Esto es inevitable, constitutivo.

Por eso, las posiciones ideológicas son constitutivas: siempre hay ideología.

Puede ser ideología propia (conciente, asumida) o impuesta (pudiendo haber conciencia y reconocimiento o no de esta imposición).

Lo importante, entonces, no es tener o no ideología, sino saber qué ideología tenemos y qué parte activa tenemos cada cual y cada organización en su formulación.

Para pensar

Lo ideológico define y es definido por:

// VALORES.

// VISIONES DEL MUNDO y de la historia.

// Versiones del pasado (MEMORIA) y del FUTURO (utopías)

// QUIÉN ES QUIÉN: La ideología contiene también señalamientos y «versiones» respecto a quiénes somos nosotros mismos y quiénes son los «otros» y junto con eso define lo que podemos y debemos.

// LO POSIBLE Y LO IMPOSIBLE. Si hay algo que hace la ideología dominante es trazar la frontera que distingue lo posible de lo no posible. Marca unos límites, sostiene una manera de ser de las cosas. Por eso, en el debate ideológico, lo central es correr la frontera de lo posible.

Las ideologías en una sociedad dan una «batalla» por los significados de cuestiones centrales de esa sociedad. Por ejemplo, en Argentina, podríamos mencionar:

- El significado y las causas de la pobreza.

- El rol y función de la solidaridad o de la justicia.

- El papel de la dictadura.

- Las atribuciones y funciones del ESTADO respecto a la economía.

- El valor de la democracia.

- El valor y rol de la POLÍTICA, o de los POLÍTICOS, o de los PARTIDOS.


Fiesta
Poder celebrar / Celebrar poder

Capacidad de Fiesta

Sin fiesta, sin capacidad de celebrar, sin posibilidades de adelantar la utopía, no hay construcción de poder que pueda funcionar.

La vida y las luchas tienen sentido por lo que vivimos ya, y no sólo por lo que queremos construir a futuro.

No sólo luchamos por un futuro mejor: luchar es también nuestra manera de compartir el presente. Y un presente y un futuro sin fiesta, sin celebración, sin encuentro, no es digno de ser vivido. Pedir desde nuestra organización, pedirnos a nosotros mismos y pedirles a nuestros compañeros y a la misma sociedad que luche y se sacrifique, que no disfrute la vida en nombre de la construcción, nos lleva al fracaso desde ahora, nos paraliza y le quita sentido a la construcción misma.

Por eso es importante tener posibilidades de celebrar los logros, de llorar las derrotas, de reírse de unos y otras, de encontrarnos por el gusto de encontrarnos y de darnos posibilidades de disfrutar al lado de las exigencias de luchar.

Eso hará que celebrar sea una manera de luchar, y que luchar sea también una manera de celebrar la vida y lo compartido.

Finalmente, hay que reconocer también el «derecho a la evasión», en el sentido de que es legítimo -a veces- y necesario -muchas veces - «escaparse un poco» de los problemas, apartarse, recuperar fuerzas. Esto no es una claudicación, sino una necesidad humana profunda que hay que respetar... y disfrutar (aunque mucha tradición militante diga lo contrario: la historia real de los grupos y pueblos en sus luchas muestran que, cada tanto «la vida es un carnaval»).

Para pensar

Capacidad de fiesta implica:

// Dar importancia a los espacios y momentos de GRATUIDAD Y ENCUENTRO en la vida de la organización.

// No sólo en los MOMENTOS ESPECIALES («días» de fiesta), sino también atravesando las relaciones y vivencias cotidianas.

// Reconocer los LOGROS, Y “CELEBRAR LOS FRACASOS” en el sentido de que “LLORARLOS” es celebrarlos.

// Saber y poder celebrar supone también la capacidad de DESCANSAR y TOMAR DISTANCIA de las luchas cotidianas.


Autor: Nestor Borri - contacto@colectivociudadania.org.ar


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21 abril 2009

CONSTRUIR PODER / PODER CONSTRUIR - 4 de 6

proyección:
camino al andar

Colectivo Ciudadanía

Dimensión estructura

estrategia
El poder de la estrategia / las estrategias de poder

Creación y explicitación de una estrategia

Una estrategia es un conjunto de criterios que nos permiten actuar de acuerdo a objetivos abiertos en un contexto que cambia.

Las realidades atravesadas por el poder, son realidades cambiantes. Atraviesan a nuestra organización, la presionan, la exigen.

Una estrategia es necesaria porque no se construye poder en línea recta.

Más bien es un sendero tortuoso, serpenteante. Al construir poder, “hacemos camino al andar”, como dice el poema.

Hay que estar preparados para leer señales, ser “baqueanos” de la realidad, saber leer las huellas de otros actores, percibir los olores de oportunidad o de peligro. La estrategia propia es una creación de la organización. Para que sea de todos, para que sea realmente de la organización, debe ser explícita. O sea, se debe establecer en un diálogo lo más rico y sistemático posible.

Las metodologías de PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA, que se han extendido bastante en algunas organizaciones populares son una buena herramienta para orientar la construcción compartida.

En sí mismo, este proceso de planificación, es un proceso de construcción de poder de la organización: es una explicitación de lo que puede, de lo que es capaz, y de su voluntad, de lo que quiere hacer con esa capacidad. Es un proceso de apropiación –en el buen sentido– por parte de la organización, de lo que pueden sus miembros (lo que pueden ver, analizar, decidir, soñar, hacer) y una apropiación por parte de los miembros de lo que la organización ayuda a construir en conjunto.

Apertura y flexibilidad son palabras claves para pensar la estrategia: reconocimiento de lo que está «más allá de nosotros» (lo que podemos y no podemos cambiar) y de los pasos que podemos dar.

Para pensar

// Una estrategia tiene que ver más con CRITERIOS DE ACCIÓN que con PROGRAMAS RÍGIDOS Y PREDEFINIDOS.

// Una ESTRATEGIA es un DIÁLOGO para la toma de DECISIONES CREATIVAS. Pone en diálogo a la organización con: - su presente y su futuro - su «interior» con su contexto - los distintos actores y grupos internos de la organización, sus opiniones y miradas sobre lo que se quiere hacer.


Propuesta
Poder proponer / proponer poder

Elaboración, consenso y puesta en práctica de propuestas

Construir poder no es meramente oponerse a otros. Si fuera así, siempre seríamos esclavos de otro al que sólo sabemos oponernos, y que nos tiene a su merced a través de nuestra queja permanente.

Nadie tiene menos poder que el que opta sólo por protestar. Tenemos la posibilidad, la capacidad y el desafío de tener propuestas.

Para una organización, generar una propuesta de manera colectiva, es una adquisición y una manifestación del poder de crear intervenciones eficaces en los problemas y conflictos, de compartirlas con otros, y de exigir a los actores que tienen responsabilidad que colaboren en su implementación.

El paso de la protesta a la propuesta es un eje clave de la construcción de poder.

Tener una propuesta es dejar de vernos a nosotros mismos como víctimas y empezar a vernos como protagonistas. Es transformar nuestra potencia (poder como capacidad) en propuestas para compartir y ejercitar.

Finalmente, no se trata sólo de tener propuestas «propias». Se trata también de saber «apropiarse», hacer propias, propuestas de otros. Saber proponer tiene como contra-partida saber reconocer y asumir propuestas de otros.

Sumarse a propuestas y con propuestas.

«Enamorarse» de la propia propuesta puede también paralizar a la organización, aislarla en sus propias intenciones, estilos e ideas. También las propuestas tienen un «ciclo»: lo que en una etapa fue una propuesta excelente puede ser, en otro momento, un motivo de división o sencillamente un camino a la frustración.

Para pensar

Generar una propuesta y llevarla adelante es «demostrar» que se puede. Aunque no sean grandes cambios o logros, son PASOS que dan testimonio de que es posible hacer y cambiar cosas. Generar propuestas supone ser capaces de:

// FORMULARLA Y EXPLICITARLA: una propuesta no puede ser pura «buena voluntad», ni quedarse en generalidades.

// COMUNICARLA y COMPARTIRLA a otros (como propuesta a realizar o como ejemplo realizado).

Algunas características que hacen más válida a una propuesta:

// CONCRETA // FUNDAMENTADA // VISIBLE // SIGNIFICATIVA // ATRACTIVA

// Una propuesta INTERPELA y CONVOCA: crea sujetos que se reconocen en una idea común y en una construcción concreta.

Ejemplos...

// Pensar una propuesta significativa que haya hecho nuestra organización.

// Una propuesta no vale sólo por el éxito que tiene al ser implementada, sino por los diálogos, encuentros y aprendizajes que supone elaborarla y compartirla. Cuando en un barrio se convoca a los vecinos para arreglar un problema con el agua o para construir una sala, «la propuesta» no es sólo la cañería o los ladrillos, sino las maneras de organizarse para lograrlo, pensarla. Incluso una propuesta que deriva en «fracaso» es positiva si sirve para aprender a proponer.

// Pensar en alguna propuesta que no hayamos podido realizar: para qué nos sirvió, cómo nos comportamos ante la imposibilidad de concretarla.


Pluralismo
La potencia de lo plural y la pluralidad de poderes

Conciencia y vivencia efectiva del valor del pluralismo

El pueblo no es «uno solo». No hace falta tener tal o cual color de piel, tal o cual lugar de residencia, tal o cual trabajo o no trabajo para reconocerse en un proyecto común.

La mejor prueba de esto es que los problemas –pensemos por ejemplo en la cuestión laboral– no se fijan demasiado en esto.

Atraviesan diferentes realidades e identidades.

Es tan desempleado o pobre, trabaja tan «en negro», un campesino de Jujuy como una señora de la ciudad de Córdoba. Pero ciertamente lo viven de manera diferente. Esto exige un camino de re-conocimiento, un volver a poner en clave de conocimiento y encuentro, lo que los (nos) une e identifica.

En una sociedad que pasó por tres décadas de empobrecimiento y por una catástrofe social, que en un momento tuvo a la mitad de su población bajo la línea de pobreza, y en que estallaron en su momento todos los ejes que sostenían lo común, es lógico y esperable que haya diferentes maneras de identificarse y diferentes miradas y propuestas.

Diferencias que van desde cuestiones más puntuales (estilos de trabajo y organización, modos culturales de manifestarse y luchar), y otras más profundas (comprensión de sí mismo, visiones del mundo, incluso maneras de entender valores).

Diferencias también estructurales: que tienen que ver con los problemas específicos de una región o cultura, o de un sector de la sociedad o con las maneras en que problemas más «universales» afectan grupos particulares.

Diferencias también históricas: que tienen que ver con los recorridos y tradiciones de grupos y organizaciones en las maneras de enfrentar sus luchas y proyectos.

Por otro lado, el dicho es conocido y habla con el peso de miles de ejemplos históricos y cotidianos: “divide y vencerás”. El poder que oprime, lo hace con una herramienta favorita: dividiendo a quienes lo amenazan. La construcción de poder INEVITABLEMENTE implica trazar fronteras para construir un “nosotros” común y esto siempre tiene algo de división. Pero en la construcción de ese “nosotros” reconocer que diferencias y divisiones no son lo mismo es algo central.

Teniendo en cuenta y distinguiendo entre las diferencias y las divisiones, es posible entender que el valor de la unidad adquiere una nueva relevancia en este tiempo. No es la unidad de los iguales, los que piensan igual. Ni de los que tienen una misma raza, religión o idioma. Es la unidad de los que, teniendo diferentes razas, estudios, historias, culturas, DECIDEN unirse a partir de esas diferencias, a partir de un RECONOCIMIENTO COMÚN de su DIGNIDAD COMÚN y de un PROYECTO COMÚN, donde caben diferentes proyectos, y que además deja que haya proyectos “por fuera” independientes del proyecto de todos.

Esta unidad basada en LA DECISIÓN de unirse, que acepta la DIFERENCIA COMO HECHO Y COMO DERECHO, tiene al pluralismo y a la tolerancia como sus herramientas fundamentales.

Para pensar

// PLURALISMO E IDENTIDAD no se contraponen sino que se refuerzan. El pluralismo no es una «concesión» que se hace, una debilidad, sino una muestra de seguridad propia, la capacidad de relacionarse y de vivir los conflictos.

// La fortaleza de una identidad no tiene que ver con su pureza sino con su capacidad de Procesar los préstamos y los intercambios. // Esto no quita que hay que estar atentos a los límites: reconocer las diferencias no es lo mismo que justificar las desigualdades.


Autor: Nestor Borri - contacto@colectivociudadania.org.ar


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16 abril 2009

CONSTRUIR PODER / PODER CONSTRUIR - 3 de 6

EFICACIA:
DE LOS ACUERDOS A LA ACCIÓN

Colectivo Ciudadanía

Dimensión estructura

Prioridades
Priorizar poder / poder priorizar

Claridad en las prioridades

La dispersión y la fragmentación de esfuerzos suele ser uno de los principales problemas que enfrentan las organizaciones sociales.

Una organización que quiere construir poder debe tener un análisis de sus propios objetivos, del contexto, de los problemas que enfrenta y de los que enfrentan otros actores sociales y, a partir de esto, debe establecer prioridades.

La fuerza de la organización, su capacidad de actuar y transformar, debe orientarse según unas prioridades que deben ser claras.

Mejor que eso: deben estar en un proceso permanente de clarificación, dentro de la organización, con los participantes. Y también con otras organizaciones aliadas, similares y diferentes. Las prioridades no son eternas ni definitivas, sino que son parte de un proceso y una dinámica de construcción.

Tener prioridades claras no quiere decir que una organización no pueda dedicarse a muchas cosas: de hecho, todas nuestras organizaciones se dedican a distintas cuestiones. Y está bien que así sea.

Pero si se quiere apuntar a transformaciones de fondo, se deben tener prioridades que:

a- Se refieran a los problemas centrales, a las causas más profundas de los mismos y a los conflictos que las atraviesan y hacen a nuestro “campo” de intervención.

b- Tengan en cuenta no sólo lo que viven los participantes de nuestra organización y nuestro contexto inmediato, sino también el conjunto más amplio de la ciudadanía o la sociedad.

c- Tengan que ver directamente con la misión y la visión de la organización (y viceversa: la organización debe revisar la relación de sus prioridades de mediano y largo plazo con la definición de su misión y su visión de la realidad).

Para pensar

Para pensar las prioridades de la organización, debemos tener en cuenta:

// El grado de generalidad o amplitud de las prioridades y, a la vez, que tan concretas son (esto es una tensión que hay que sostener).

// Si son coherentes con la acción de la organización.

// Si son pertinentes y significativas en relación a la organización y la sociedad.

// Si son claras y están consensuadas al interior y hacia afuera de la organización.

Ejemplos...

// Desde el año 2004 la Coalición por una Radiodifusión Democrática (www.coalicion.org.ar) ha venido sostenido que una nueva ley de servicios audiovisuales que reemplace a al dercreto-ley legado por la dictadura es una cuestión central para la democracia en Argentina. Y que, por lo tanto, la lucha por el derecho a la comunicación debe ser la prioridad de las organizaciones sociales y políticas, del Estado y de la sociedad, para un país más justo y con mayores posibilidades de construcción desde los sectores populares. Esto no quiere decir que la prioridad de todas las organizaciones sea «desde el vamos» la lucha por el derecho a la comunicación ni que esta se agote en la creación de una nueva legislación, pero sí invita a pensar cómo se relaciona esta prioridad con las prioridades que tenemos en cada organización en relación a la ampliación de la democracia.

// Un problema habitual en las organizaciones de distinto tipo es que suelen proponerse muchas prioridades. Lo cual es una contradicción: las prioridades deben ser necesariamente pocas, porque suponen una elección entre opciones para concentrar fuerzas en ellas.

// Y a veces pasa lo contrario: organizaciones con un sólo objetivo: prioritario, exclusivo, aislado... y eterno. Estas organizaciones suelen tener dificultades para «levantar la mirada» y ver la complejidad de los problemas que enfrentan y las afectan.


movilización
El poder en movimiento / el movimiento del poder

Capacidad de movilización

La movilización no es todo. Pero es importante. Nadie va a venir a solucionarnos nuestros problemas por pura bondad. Eso es claro si asumimos que los problemas que tenemos no son meros “defectos” del sistema, que gente «bienintencionada» querrá o podrá arreglar. Muy por el contrario, los problemas que tenemos son parte constitutiva del modelo de sociedad que vivimos, y responden a intereses de actores concretos. Entonces, movilizarse es lo contrario a esperar pasivamente.

Ser capaces de movilizarse es:

a- Ser capaces de moverse: de «ir hasta» los escenarios y los actores que tienen que ver con nuestros objetivos y luchas. Es «ir al encuentro de». b- Al mismo tiempo, es ser capaces de construir esos escenarios a donde vamos, “marcar” las canchas donde queremos jugar. c- Es ser capaces de convocarse, de actuar en conjunto con y frente a otros: la movilización no siempre es parte de una confrontación. También podemos movilizarnos para juntarnos y confraternizar con otros. d- Ser capaces de ir hasta los espacios públicos para que la sociedad vea nuestros problemas. En democracia deben ser los espacios donde se resuelven los problemas sociales. e- Ser capaces, a su vez, de llegar hasta las instituciones que sostienen intereses y tienen la responsabilidad de facilitar o proveer soluciones. f- Movilizarse es ser capaces de poner en movimiento el poder que tenemos ante el poder que otros tienen. Es convocar, proponer, dialogar, exigir. g- Es también generar visibilidad de nuestros intereses y objetivos.

Para pensar

Para pensar la movilización, debemos tener en cuenta: // Movilizarse no es solamente hacer manifestaciones públicas. // Se movilizan personas, recursos, infraestructura, conocimientos. // «Movilizacionismo», la movilización permanente, suele desgastar a muchas organizaciones. // Movilizarse en exceso es tan malo como ser absolutamente pasivos, inmóviles. // Existen «ciclos» de mayor y menor movilización, y hay que respetar esos tiempos.

Ejemplos...

// Con el paso de la sociedad salarial a un país donde el desempleo es el problema central de la población, el reclamo y la movilización pasaron de la fábrica al barrio, y la movilización fue de la plaza pública al corte de ruta. Allí se generó visibilidad, se interpeló a la sociedad y al estado, se tuvo llegada a los medios, etc. Podemos preguntarnos al respecto: ¿qué diferencia una movilización en la Plaza de Mayo a un corte de ruta? ¿Qué implican estos dos tipos de movilización? Pensado esto para el escenario actual: Cabe preguntarse qué significa «el regreso» a la plaza pública, qué «se ha traído» de la experiencia de los que se movilizaban a las rutas, de regreso a los escenarios «tradicionales» o «históricos» de la política. Y, por otro lado, preguntarse qué pasa con «el corte de ruta» cuando es tomado por otros actores. De qué manera un modo de movilización toma diferentes sentidos, efectos y caminos cuando es reapropiado en el seno de una (conflictiva) cultura política.

// El desgaste por exceso de movilización es uno de los grandes problemas que enfrentan las organizaciones. No se puede cortar una ruta o hacer una protesta indefinidamente. Saber «parar», detenerse, es tan importante como saber movilizarse.

// Hay diferentes formas de movilización y hay ciclos y oportunidades: una movilización a un espacio público, «hacia afuera», suele estar precedida y seguida de movilizaciones «al interior»­ de la organización. Movilización de fuerzas diferentes: para preparar, para evaluar, para proyectar.


Escala
Las escalas del poder y “el poder en escala”

Acción en escala

En general, salvo excepciones, los problemas centrales que nos afectan no tienen su origen en el ámbito local, y tienen un alcance que va mucho más allá de lo local. El proceso de globalización profundiza y complejiza esto. Durante mucho tiempo, la escala predominante de los problemas fue la nacional. Y en muchos sentidos lo sigue siendo, pero de una manera más compleja. Muchos de los problemas que enfrentamos tienen causas últimas que se definen en la escala global, relacionadas con el poder económico globalizado. Pero la manifestación de los problemas es en lo local. Al mismo tiempo, muchas de las dimensiones políticas suelen partir de lo que sucede a escala nacional. A su vez, hay muchos problemas inmediatos que tienen dimensión local: el barrio, el municipio, etc. Lo importante es ser capaces de asumir las diversas manifestaciones e implicancias de un problema en diferentes escalas. Nuestras luchas tienen que intentar ser TRANS-ESCALABLES. ¿Qué significa esto? a. Que debemos tener en la organización mecanismos que nos permitan actuar a nivel local, nacional y regional. b. Que debemos saber optar en cada momento –porque la construcción de poder es un proceso– en qué escala debemos actuar. c. Que necesitamos alianzas y aliados en cada una de estas escalas. d. Que necesitamos comprender qué importancia tiene para nosotros cada escala, en relación a los problemas que enfrentamos y los objetivos que tenemos.

Uno de los mejores indicadores de que estamos asumiendo bien esto, es nuestra capacidad de pertenecer, reconocernos y colaborar en articulaciones y espacios de estas diversas escalas. Otro indicador de que lo estamos haciendo bien es que no quedemos en frases y “lugares comunes” del tipo: “piensa global, actúa local”. Necesitamos actuar y pensar en todas las escalas.

Y, finalmente, es muy importante reconocer los límites y posibilidades de la acción en cada escala.

Para pensar

// El proceso de globalización se puede pensar, muy especialmente, como un proceso de globalización del poder. Somos influenciados por decisiones que se toman mucho más allá de la escala en que podemos actuar. // Existe a veces una tendencia a «idealizar» las escalas: o bien se idealiza lo local, o sólo lo global. De la misma manera que algunas organizaciones tradicionales sólo ven lo «nacional» o lo macro, y no pueden asumir lo local // No se trata sólo de saber actuar en diferentes escalas, sino de saber MIRAR con diferentes escalas.

Ejemplos...

En relación a la situación de nuestro país, por ejemplo, es fundamental ser capaces de asumir de una manera correcta y efectiva la escala nacional. Pensemos, por ejemplo, en el rol que han tenido las políticas y leyes nacionales respecto al desempleo, la pobreza y la distribución de la riqueza. Y de qué manera y hasta qué punto son más o menos efectivas las respuestas locales a estos problemas. Es claro que no podemos actuar bien a nivel nacional si no tenemos arraigo y capacidad de acción desde lo local. Es claro también que no tendremos éxito si no comprendemos la escala global de los problemas y de las soluciones, la importancia en este sentido del Mercosur y de América Latina, el peso de las decisiones de los países hegemónicos en la economía mundial, del capital trasnacional o de los organismos multilaterales. Aquí vemos la necesidad de actuar: generar solidaridad, conocimiento, movilización en todas estas escalas.

(De hecho, podemos pensar qué significa pensar en diferentes escalas, desde nuestra organización, cada uno de los doce puntos que estamos compartiendo).


Autor: Nestor Borri - contacto@colectivociudadania.org.ar


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07 abril 2009

CONSTRUIR PODER / PODER CONSTRUIR - 2 de 6

Estructura:
creación colectiva en marcha

Imagen a partir de fotografía de Cooperativa Sub

Dimensión estructura

Organización
Poder organizarse / organizarse para poder

Fortaleza y democracia de la organización

Es una redundancia, pero una organización sin organización no construye poder. Se trata de tener estructuras organizativas democráticas que permitan que la organización no sólo “exista”, sino que además “viva”.

La estructura de la organización debe ser flexible y firme a la vez, permanente pero con capacidad de cambio, con instancias claras, dirigencias renovadas y consensuadas, discusiones ricas y profundas. Pero con respeto a las reglas comunes que se han dado para el funcionamiento.

El “internismo”, la mezquindad, el caudillismo, el personalismo son vicios muy comunes en nuestras organizaciones.

También los vicios “inversos” a estos: el autoritarismo que no deja manifestar las diferencias internas, la falsa generosidad que no deja manifestar los intereses, el horizontalismo a ultranza (falso horizontalismo que lo único que pretende es que nadie levante cabeza para que los de siempre o los de afuera manden), la falta de liderazgo y el dejar pasar.

Todos estos “vicios” tienen un remedio: se llama democracia en la organizaciÓn. Y se plasma en estructuras, instancias, procedimientos y actitudes de las personas y del grupo.

Para pensar

  • Es importante tener en cuenta que la organización es importante, pero la organización no es todo.
  • Para reconocer el valor real de la organización, hay que estar de manera permanente atentos a los que NO participan, a los que NO ESTÁN ORGANIZADOS. Que, no debemos olvidarlo, SON LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN. Ese ancho mundo más allá de las organizaciones y los “organizados”. Una realidad que las desborda y desafía, marca límites y posibilidades, y que es central comprender para que la organización y el mundo de los organizados tenga sentido y eficacia.
  • Finalmente, al pensar el compromiso con la organización, hay que tener en cuenta que hay maneras diferentes de participar y comprometerse. Y que las maneras en que se siente y se practica la pertenencia son diversas y a veces contradictorias. No sólo hay variedad de organizaciones, sino también variedad de maneras de participar en una misma organización.

EJEMPLOS...

  • Mientras Argentina fue una sociedad fundamentalmente estruc­turada por el TRABAJO, la modalidad de organización más importante fue la de los SINDICATOS. Las décadas de altísimo desempleo debilitaron a los sindicatos, pero han hecho surgir nuevas maneras de organizarse. También, al retirarse las organizaciones tradicionales de la sociedad salarial, «reaparecieron» espacios organizativos comunitarios basados en el territorio, etc. que se cruzan con la nueva situación. Un ejemplo de esta «combinación», lo cons­tituyen las organizaciones de desocupados –surgidas en los noventa– y sus posteriores evoluciones, donde se combinan las nuevas maneras de organizarse de quienes ya no pueden recurrir a las instancias clásicas del «trabajador» (la fábrica, la huelga, la demanda de salario) y, por otro lado, se relacionan con otros modos de organización (barrial, vecinal, cooperativa, solidaria, etc.). Por otro lado, tras la puesta en cuestión de las reglas de juego neoliberales luego de la inflexión de los años 2001 y 2002, hubieron desplazamientos importantes. Con el crecimiento de la economía y con las políticas que, aunque limitadamente, recompusieron la autoridad del Estado para intervenir en la cuestión laboral y productiva, el trabajo volvió a ser espacio de disputa y de organización. Con el resurgir de espacios y herramientas como las paritarias, el salario y las condiciones laborales dignas fueron reposicionadas como eje de conflicto y construcción. Y son otro tipo de organizaciones las que dan estas batallas.
  • Sobre la democracia en las organizaciones: muchas organizaciones funcionan como grupos informales o «como grupos de amigos» argumentando que «todos somos iguales». Muchas veces esto hace que las cosas, en vez de decidirse de manera clara, se decidan también informalmente y según el criterio de unos pocos. En otros casos sucede que se confunde organización con comunidad, y entonces no se establecen instancias claras y formales de decisión, y los más fuertes, o los más habladores, toman todas las decisiones. En otros casos, la estructura de la organización es tan vertical, que concentra en unas pocas personas toda la responsabilidad de la acción, y los ámbitos colectivos no se utilizan más que formalmente.
  • En los últimos años, el tema de la organización ha tenido su lugar en las polémicas que han atravesado las conversaciones cotidianas. Sobre todo en relación a sus implicancias, medios y fines. Por ejemplo, durante la secuencia que los medios de comunicación llamaron “conflicto del campo” nos encontramos con lecturas –sobre la organización y estar organizados– “cargadas”: culto ingenuo a la espontaneidad de la organización y, por lo tanto, negación de lo que la organización tiene de construcción de poder. Desde estos discursos, la organización es “buena” si es espontánea, cosa de “autoconvocados” o de iniciativa pura de las “bases”. Aún cuando claramente se hacen necesarias, en los hechos, la intervención de dirigentes y distintas jerarquías de liderazgo.

Autonomía
Poder tener voz propia y ejercitar la libertad

Autonomía de decisión y acción

La autonomía es la capacidad de tomar decisiones por cuenta propia.

Es un valor y un horizonte en sí misma.

Habla de la libertad y la capacidad de crearnos a nosotros mismos, como individuos y colectivamente.

La autonomía es un horizonte para las personas, para las organizaciones y para las sociedades en tanto tales. En cada nivel se manifiesta y se plasma de una manera diferente.

En la organización, esto requiere claridad, identidad, y espacios propios y específicos para la toma de decisiones sin intervención de actores ajenos en las mismas.

Autonomía es también control sobre nosotros mismos. Es conciencia de nuestras limitaciones y capacidad de trabajar sobre ellas.

La autonomía es fundamental pero es importante reconocer:

- Que es siempre relativa, que nunca es absoluta: siempre dependemos en parte de otros. Y debemos tomar conciencia de esto e ir adquiriendo posición y decisión sobre esto.

- Que siempre es puesta en cuestión y en debate. Las tomas de posición que supone llevan consigo disputas y relaciones de fuerza. Implica trazar fronteras y, en buena medida, correrlas. Reconocer los propios límites inherentes a toda autonomía.

- Que tiene sentido si sabemos ponerla al servicio, en diálogo y compartirla con otros grupos. Si no, no somos una organización: somos una secta autorreferencial.

- Que siendo un valor en sí misma, la autonomía es también una herramienta para fortalecer proyectos, creando condiciones de fortaleza para sentirlos y vivirlos como propios.

La autonomía es: - proyecto y horizonte - ejercicio - y proceso de aprendizaje de la libertad.

Para pensar

  • Ser «auto-nomos»: significa ser capaces de ponerle nombres propios a las cosas. Ser «nomo­tetas», que significa «el que pone los nombres» (como Adán en el relato bíblico, que pone los nombres a su mundo). En esto, la autonomía se relaciona profundamente no sólo con lo político y lo económico, sino también con lo cultural y lo artístico.
  • La libertad de la palabra, poder manifestarse con voz propia es un nudo central de la autonomía.
  • En relación a la «palabra propia»: las sociedades y grupos humanos crean y recrean autonomía en dos planos: uno más cotidiano, en las conversaciones y vínculos y espacios micro, donde se dan experiencias de autoestima, creación y libertad (experiencias que ayudan a «ponerse de pie»). Y otro nivel más macro, estructural: en los espacios políticos donde las sociedades, con procedimientos democráticos, se dan las leyes y normas que las rigen.

Ejemplos...

  • La autonomía es cercenada muchas veces no por factores externos de un grupo u organización, sino por dependencias y autoritarismos internos.
  • La autonomía se puede apreciar en los aspectos materiales (por ejemplo, la proveniencia y los condicionamientos de los recursos financieros de una organización) y en los simbólicos (las ideas, las maneras de pensar, la información que se cuenta sobre ciertas cuestiones, las oportunidades de reflexión, etc.).
  • Una de las más grandes victorias del neoliberalismo en nuestras sociedades fue a nivel de la ideología y del sentido común: el establecimiento de la política y el poder (y todo lo que tenga que ver con ellos, como por ejemplo el Estado democrático) como cuestiones sucias y realidades corruptas por naturaleza. En ese marco, también se instaló a la idea de autonomía como “no dependencia”, prescindencia de la política y el Estado. Paradójicamente, “autonomía” se vuelve, por un lado, rechazo a lo estatal y, por otro, un “sinónimo” de individualismo o autosuficiencia.

articulación
Articular poder / poder enredarse

Capacidad y mecanismos de articulación

Articularse es encontrar puntos de contacto con otros y ser capaces de moverse juntos manteniendo la libertad de movimiento de cada uno.

Dicho de otro modo: es unirse sin amontonarse. Juntarse sin disolverse. Encontrarse sin perderse. Abrirse sin agujerearse.

Encontrarse entre diferentes a partir de un denominador común. En espacios de encuentro y diálogo, donde vamos creando identidades, insertándonos conflictos comunes. Espacios donde, sobre todo, vamos TOMANDO DECISIONES EN COMÚN A LA VEZ QUE COMPARTIMOS LAS DECISIONES QUE TOMAMOS COMO ORGANIZACIÓN.

La articulación supone:

- Capacidad de relacionamiento y contactos. - Medios e instancias de encuentro. - Denominadores comunes, para las luchas y conflictos, que se construyen colectivamente. - Una voluntad de reconocimiento de otros y otras como genuinos pares en una construcción común. - Procesos de creación de confianza: a través del diálogo y la experiencia. - Mecanismos organizativos y prácticos para actuar juntos. - Consensos siempre provisorios pero no por eso “endebles”. La fuerza de la articulación radica en las decisiones y acciones colectivas y no tanto en consensos acabados. - Figuras institucionales para relacionarse: desde acuerdos informales, pasando por convenios, proyectos conjuntos, constitución de redes y confederaciones.

Por su propia naturaleza, la articulación puede ser:

  • Múltiple: es posible participar en más de un espacio de articulación.
  • Provisoria: no hay necesidad de que sea para siempre, ni de que sea siempre igual (es un proceso).
  • Funcional: con relación a objetivos de corto, mediano o largo plazo.
  • Estratégica: condicionada y en relación al contexto y el proceso de la acción.
  • Limitada: articularse no es «fusionarse». El valor de la articulación como modalidad de acción colectiva, es el de preservar la identidad y vida de cada uno de las organizaciones o grupos que la componen.
  • Creadora: Preservar la identidad propia no significa que deba ser “intocable”. Articular siempre implica transformarnos a nosotros mismos. Algo hay que ceder para dejar lugar a la invención conjunta de una identidad más amplia.

Para pensar

Pueden darse articulaciones:

// Con coincidencia de objetivos y diversidad de intereses: aunque los objetivos pueden ser comunes, los intereses pueden ser diferentes, por eso es posible aliarse y articularse no sólo con los iguales

// Con coincidencia de intereses y diversidad de objetivos: organizaciones que comparten por ejemplo el mismo territorio, pero trabajan en campos diferentes, se pueden articular para apoyarse mutuamente en sus respectivos campos, beneficiando a la misma población.

¿Más REDES, menos ARTICULACIÓN?

En los últimos años se han multiplicado valiosas experiencias de trabajo en red. Estas han constituido una posibilidad de nuevas formas de acción conjunta, más flexible y dinámica, de organizaciones diversas. Las redes suponen estructuras horizontales, énfasis en los intercambios y espacios comunes de reflexión-acción.

Junto con esto, se ha dado también, en algunos casos una «proliferación» y una «moda» de las redes. Sucede algo así como que «hay más redes pero menos articulación»: casos en que la multiplicación de las redes genera fragmentación y dispersión de los esfuerzos.

EJEMPLOS...

En una organización pueden darse:

// Experiencias de articulación: eventos o proyectos de trabajo conjunto, puntuales o más o menos acotados en el tiempo;

// Procesos de articulación: como camino que se hace con otras organizaciones para ir descubriendo qué se puede y se quiere hacer en conjunto;

// Espacios y oportunidades institucionales de negociación y concertación con otros actores;

// Formalización de articulaciones: con el ingreso formal a redes, federaciones, ligas.


Autor: Nestor Borri - contacto@colectivociudadania.org.ar


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