31 octubre 2009

Desigualdad y crecimiento



Por Alfredo Zaiat

En pocos países se ha instalado la discusión acerca de la distribución del ingreso con la intensidad que se presenta hoy en Argentina. Es una de las pocas sociedades en que se desarrolla ese interesante debate en el espacio público. En general, incluso en estudios y pronunciamientos de organismos internacionales, se privilegia el tema de la pobreza como aspecto excluyente para abordar la cuestión de la desigualdad. Si bien existe esa tensión discursiva doméstica, también es cierto que a veces se la transita por senderos que provocan distorsiones en la comprensión de su proceso. La pobreza es una faceta fundamental y dramática de la actual dinámica de las fuerzas productivas, pero muchas veces se confunde insuficiencia de ingresos para comprar una canasta básica de productos esenciales con la forma en que se reparte la riqueza. Puede parecer que una situación está estrechamente vinculada con la otra, pero la experiencia empírica muestra que no es así necesariamente. La misma debilidad que expuso el Gobierno para defender la Resolución 125 concentrando sus argumentos en que los Derechos de Exportación móviles a cuatro cultivos clave constituían una medida central para distribuir ingresos la expresan ahora todos aquellos que consideran que una valiosa iniciativa de universalización de una asignación familiar ordena definitivamente una política redistributiva. La alteración de una matriz de distribución inequitativa del ingreso resulta más ardua que disponer retenciones móviles o determinar la extensión de una suma de dinero para desocupados o trabajadores en negro. Aunque cruja el sentido común, resulta notable comprobar que muchos países que han registrado tasas de crecimiento elevadas por muchos años y han disminuido en forma considerable los niveles de pobreza mantienen una sólida estructura de desigualdad en el reparto de la riqueza. Chile es el ejemplo más cercano. El análisis de los principales factores determinantes de la distribución del ingreso permite un examen más amplio de un tema que es complejo. Ese camino brinda la posibilidad de evitar que oportunas propuestas para mejorar el ingreso de sectores vulnerables sean traducidas por gran parte de la sociedad como portadoras de un milagro del que carece: una asignación monetaria que barrería con la indigencia e impactaría en una fuerte caída de la pobreza. Se corre el riesgo de la desilusión y su posterior deslegitimación, como la padecida por aquellos que pensaban que con las privatizaciones y el neoliberalismo el país ingresaría al Primer Mundo, o que un proceso neodesarrollista con tasas chinas de crecimiento podría provocar por sí solo una sustancial mejora en la distribución del ingreso. Lo mismo puede suceder con la universalización de la asignación familiar. Esta iniciativa, en forma aislada, sin considerar la actual estructura económica, caracterizada como concentrada y con grupos ejerciendo posición dominante en mercados sensibles, puede terminar siendo poco relevante en sus pretendidos objetivos. Desde 2007 se ha verificado que una demanda revitalizada por mejoras salariales y fuerte aumento del empleo precipitó una puja distributiva reflejada en alza sostenida de precios. El saldo provisorio de esa tensión fue un aumento de la pobreza por ingresos. Nada indica que ese funcionamiento de la economía vaya a cambiar con el shock de demanda que implicaría una asignación universal. Existe una tendencia muy difícil de eludir en el mundo de los políticos y dirigentes sociales que consiste en defender iniciativas que durante años colaboraron en la acumulación de un importante capital simbólico. Les pasa a todas las fuerzas, sean de izquierda o de derecha. A veces el propio transcurrir de los acontecimientos van modificando las bases materiales sobre las que se definieron ciertos proyectos. Por caso, en un escenario de emergencia ocupacional, los planes Jefas y Jefes vinieron a dar respuesta a tasas de desempleo elevadísimas y, en especial, a actuar como un vehículo de contención social. Hoy esa iniciativa carecería de esas cualidades para responder a los desafíos del actual escenario laboral. En ese mismo sentido, en un contexto dominado por políticas neoliberales de explosión de la pobreza y destrucción de empleos, la asignación universal se presentaba en la década pasada como una oportuna provocación a ese modelo de exclusión social. En estos momentos, con componentes contradictorios que reúnen aspectos de los noventa con otros que intentan superarlos, las condiciones para enfrentar la pobreza son otras. El núcleo central de los factores inmediatos que explica las aún elevadas tasas de pobreza es el alza de precios de los alimentos, el retraso salarial que define la categoría “trabajador pobre” y la informalidad laboral. Esto último desarrollado hasta en la propia estructura estatal con los “contratados”. Estos tres frentes hoy se presentarían más provocadores al poder que la universalización de una asignación, pero a la vez exigiría otros compromisos políticos y la afectación de intereses más relevantes. Un aporte valioso para este debate se encuentra en un reciente documento del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefid-Ar) de Federico Grasso. En Desigualdad y crecimiento este economista afirma que “la clave está en considerar que existe una diversidad de experiencias que dependen crucialmente de las condiciones de cada país y de cada momento histórico –mejor, del desarrollo histórico–, y que por ello parece resultar más apropiado enfocarse en episodios particulares de la dinámica de la distribución y el crecimiento”. Grasso advierte que “no debe esperarse que las sociedades desiguales redistribuyan más pues éstas se caracterizan por la gran capacidad que exhiben sus miembros más ricos para torcer las políticas del Estado en su favor”. Menciona una investigación del economista indio Ravi Kanbur, que renunció al Banco Mundial en 2000, que señala que “la experiencia internacional en los últimos 20 años muestra que los países en desarrollo que han tenido elevadas tasas de crecimiento han estado acompañados por un incremento en la desigualdad; sin embargo, el crecimiento ha tenido un efecto suficientemente fuerte como para hacer que la pobreza se reduzca. Esto conduce a que debamos preguntarnos acerca de qué clase de modelo de crecimiento queremos, ya que no alcanza con lograr tasas de crecimiento que morigeren los niveles de pobreza, porque una mayor desigualdad del ingreso ineludiblemente llevará a un descontento popular y a peligrar el modelo económico, haciendo que vuelva a elevarse la pobreza”. La evolución reciente de la economía argentina encaja en esta descripción. En esa instancia, como aporte para contextualizar el actual debate, Grasso elaboró una ilustrativa aproximación del recorrido sobre el vínculo de la distribución del ingreso y el crecimiento económico en Argentina en los últimos cincuenta años. En síntesis, con diferentes fuentes disponibles para ese período, el balance es el siguiente: - Entre 1953 y 1974, la conjunción de años relativamente favorables en materia de crecimiento económico permite que la concentración del ingreso se mantenga en niveles razonables, independientemente de los continuos cambios de regímenes y golpes de Estado. - Desde 1975 hasta 2002 hay un desmejoramiento en la equidad distributiva, reflejada en un coeficiente de Gini que pasa de promediar 0,35 a superar 0,50. Este proceso se lleva adelante independientemente de lo que ocurre con el crecimiento de la economía. - Este fenómeno es factible de observar dividiendo este cuarto de siglo en tres subperíodos: de 1975 a 1992 estancamiento, de 1993 a 1998 crecimiento, y de 1999 a 2002 franca recesión. - Finalmente, el período de fuerte crecimiento económico iniciado en 2003 logró torcer la tendencia observada por más de un cuarto de siglo, aunque el camino por recorrer para alcanzar valores similares a los observados hace cuarenta años aún es largo. Grasso concluye que la historia argentina confirma “no sólo que no existe una relación directa entre crecimiento y mejora en la distribución del ingreso, sino que es imprescindible comprender el contexto social y el conjunto de políticas llevadas a cabo”. El sendero para disminuir la desigualdad es sinuoso y requiere de firmes medidas que exigen una voluntad política aun mayor que la de disponer un reparador derecho a todos los trabajadores (informales y desocupados) como la universalización de la asignación familiar por hijo.

azaiat@pagina12.com.ar
Link a la nota: http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/economia/2-134417-2009-10-31.html

26 octubre 2009

La ley y la trama

hacia una nueva política PÚBLICA de comunicación audiovisual

la ley y la trama

La siguiente es la alocución de Néstor Busso (referente de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, presidente de Foro Argentino de Radios Comunitarias y miembro del Centro Nueva Tierra) en el acto convocado el pasado 21 de octubre por Presidencia de la Nación, con motivo de la puesta en marcha de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La lectura histórica de la creación de la ley y la consideración del papel Coalición por una Radiodifusión Democrática en la secuencia, nos pone frente a una experiencia de construcción colectiva sin precedentes. Una que no está cerrada, sino que enfrenta ahora sus más fuertes desafíos. Como queda claro en el discurso de Néstor Busso, la ley y su letra son un momento y un componente –significativo pero parcial– de una política pública. Para continuar avanzando hacia una implementación lo más pública y más política posible, es necesaria una trama amplia de actores, relaciones y compromisos que la pongan en movimiento. Un tejido dinámico que la Coalición por una Radiodifusión Democrática, creadora de los 21 Puntos Básicos por el Derecho a la Comunicación, puede enriquecer y fortalecer.

AUDIO: Discurso completo de Néstor Busso, presidente de FARCO

Alocución de Néstor Busso en el acto del 21 de octubre de 2009 en el Teatro Argentino de La Plata

Señora Presidenta, señores gobernadores, señoras legisladoras, señores legisladores, funcionarios nacionales y provinciales, queridas Madres Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Compañeras y Compañeros.

Estamos de fiesta. La democracia argentina está de fiesta. Con la Ley de Servicios de Comunicación audiovisual 26522 derrotamos una vez más a la dictadura genocida y también derrotamos al neoliberalismo y su dios, el mercado.

Supimos y pudimos hacerlo.

Gracias, Presidenta, por escuchar y asumir lo que pedimos y reclamamos desde las organizaciones libres del pueblo. Tenemos que agradecerle su decisión y valentía política.

Este logro de la democracia, lejos de ser una victoria de un sector político en contra de un grupo económico y mediático, es el resultado positivo de un largo proceso de construcción social, popular y democrática, que obedece a distintos factores, de orden histórico, político y cultural.

Se ha saldado una deuda de la democracia. Trabajamos por esto muchos años.

Desde muchas de las organizaciones que hoy estamos aquí veníamos planteando desde la recuperación de la democracia la necesidad de una nueva ley en la convicción de que no hay posibilidad de afianzamiento de la democracia política sin democratización de la comunicación.

Teníamos conciencia del poder que enfrentábamos. El poder de los grandes grupos económicos que pretendían mantener vigente el decreto ley que ellos en complicidad con la dictadura habían impuesto en el año 80 y habían modificado en su beneficio en los 90.

Hace 5 años, unidos bajo el concepto de que la Ley es siempre producto de una correlación de fuerzas sociales y políticas nos propusimos buscar acuerdos y construir esa fuerza social y política.

Construimos lo que luego denominamos Coalición por una Radiodifusión democrática y que hoy tengo el honor de representar aquí.

Nosotros acordamos, redactamos, instalamos y logramos adhesiones a los 21 puntos que son la base de la Ley 26522.

Vengo de la Patagonia, desde Viedma, como parte de FARCO y de ALER, pero tengo la responsabilidad de representar en este momento a las organizaciones de defensa de Derechos Humanos, a las queridas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a todos los Sindicatos de trabajadores de la Comunicación, de la CGT y de la CTA, a las Universidades nacionales y sus carreras de comunicación, Ciencias de la Información o Periodismo, al Movimiento Cooperativo, a los Pueblos originarios, a Organizaciones y movimientos sociales del oficialismo y también de la oposición.

La Coalición por una radiodifusión democrática se enorgullece de haber sido partícipe necesario del proceso de elaboración del Proyecto de Ley; surgido desde las organizaciones libres del pueblo, reconocido en el mundo como modelo para la elaboración de normas.

El 27 de agosto de 2004 trescientas organizaciones de la sociedad civil, organismos de derechos humanos, trabajadores de la comunicación, centrales sindicales (CGT y CTA), universidades nacionales, pueblos originarios, organizaciones sociales, movimiento cooperativo, pymes de la comunicación presentamos los 21 Puntos básicos para una Ley de Radiodifusión de la democracia. El 10 de setiembre de 2004 los llevamos a la Casa Rosada.

Desde la elaboración de los 21 Puntos la Coalición transitó a lo largo y ancho del país miles de encuentros, debates, seminarios, mesas redondas. Logramos inclusive la adhesión de numerosos Concejos Deliberantes y varias Legislaturas provinciales. Esos 21 puntos alimentaron la propuesta presentada por usted, Presidenta, en este mismo lugar el 18 marzo. Esa propuesta a su vez fue devuelta nuevamente a la sociedad para su posterior debate y corrección.

Reivindicamos este proceso, reconocido por el relator de Libertad de Expresión de Naciones Unidos, Frank La Rue, como inédito en el mundo para la elaboración de una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

El debate democrático con que se generó esta propuesta coincide con el propósito final de la Ley: darle más democracia a la democracia y elevar la calidad institucional de la sociedad.

Ahora que casi todos los actores intervinientes en el debate hicieron suyas las banderas de los 21 puntos elaborados por la Coalición por una Radiodifusión Democrática –después de haber ignorado o, lo que es peor, ninguneado su existencia-, vale la pena insistir que los mismos fueron elaborados hace ya cinco años, desde fuera del gobierno y como demanda al gobierno, lo que quita toda validez a los flacos argumentos de que este es un armado oficialista, o un “debate express”, o de un aparente “apuro” del oficialismo por sancionar la norma.

En ese proceso de cinco años, logramos cosas importantes además de la Ley:

Logramos poner en debate el tema de la Comunicación y el rol de los medios de comunicación.

Logramos reavivar a la militancia y la participación popular. El debate ciudadano, especialmente de los jóvenes.

Logramos la unidad del campo nacional y popular.

Logramos disputar lo público en los espacios públicos. Esta vez, la batalla no estuvo solamente en las pantallas, y eso no supieron entenderlo quienes se opusieron y quedaron en minoría. La batalla se ganó en el espacio público, en el boca a boca, cara a cara, en las calles, los centros culturales, las asociaciones vecinales, las universidades, en la construcción de ese camino siempre complejo entre lo social y lo político. Las batallas de la comunicación que siguen serán de igual o mayor importancia. Y las otras batallas de la democracia pendientes, como la distribución de la riqueza, el empleo, la pobreza, el hambre de los más chicos, entre muchas otras, tendrán condiciones más favorables para ser resueltas con esta nueva y auspiciosa redistribución de la palabra, cuya puesta en práctica habrá que saber concretar y defender.

En este proceso de debate parlamentario el oficialismo supo ganar aliados, supo negociar y ceder, supo realizar modificaciones. Vale también destacar el papel de sectores de la oposición que hicieron aportes y lograron cambios que enriquecieron el proyecto. En contraste con un oposicionismo que buscó excusas para postergar el debate vale destacar el rol de los bloques del Partido Socialista, Libres del Sur, Solidaridad e Igualdad, la Concertación y Proyecto Sur.

Las significativas diferencias de votos positivos y negativos en ambas cámaras hablan a las claras de un resultado abrumador, poco previsto para muchos, quienes imaginaban un resultado ajustado que ni siquiera se dio en la votación en particular de algunos artículos en la Cámara Alta, cuando hasta el sistema electrónico dijo basta cerca de las 6 am.

Quien haya presenciado esos debates, no puede dejar de subrayar su condición democrática y su espíritu deliberativo, un ejemplo a imitar en tantísimas otras propuestas legislativas de importancia.

En este camino de construcción de la nueva Ley de Medios se escucharon las voces públicas, las cartas abiertas, los documentos, los debates, los foros en todo el país, las calles y las plazas como escenarios de la democracia. Predominaron los actores sociales que actúan día a día en lo público, aunque sus rostros, sus nombres no se conozcan, aunque no sean noticia para los grandes medios. Ganó una novedosa experiencia cultural y política de democracia participativa, esa que sitúa en cada ciudadano y su voz el valor de la política y de las decisiones que afectan a las mayorías.

Con la promulgación de la Ley 26522 se abre una nueva etapa no menos importante que la anterior. Es necesario reglamentar y aplicar la Ley. Estaremos atentos y vigilantes en esa tarea.

A las organizaciones sociales, a las universidades, al igual que a los medios públicos, se nos presenta un gran desafío. Deberemos afianzar otro modelo de comunicación. Con ética y con otras estéticas que reflejen la identidades de nuestras comunidades, de nuestro pueblo. Y que sean capaces de disputar los sentidos para narrar nuestra historia desde nosotros mismos.

Integramos la COALICIÓN POR UNA RADIODIFUSIÓN DEMOCRATICA y no solamente por una LEY DE RADIODIFUSIÓN. Por eso vamos a seguir trabajando, en la reglamentación y en la implementación de la Ley. Vamos a trabajar para democratizar las comunicaciones. Vamos a estar atentos a que los 21 puntos no sean solo letra de una Ley sino una realidad.

Señora Presidenta: Puede contar con nosotros para acompañarla en esta tarea. Para enfrentar al partido de los medios le ofrecemos esta trama de apoyo a la aplicación de la Ley. Dice el refrán popular que “hecha la ley, hecha la trampa”.

Nosotros decimos que hicimos la Ley y ahora estaremos atentos para impedir cualquier trampa haciendo una trama para sostenerla y hacerla cumplir.

13 octubre 2009

Hecha le ley, construyamos la trama

Oenegeismo

Promovido, permitido, persistente, pícaro, propio...

Para jugar el 17

Juego de las diferencias:

Interesante el ejercicio que plantea un intendente del conourbano en una nota de Daniel Miguez en el Página 12 de hoy (acerca de las pocas chances de Duhalde para el 2011).

Otro dirigente, en este caso un intendente, apostó a que se vean como el juego de las diferencias los actos del 17 de Octubre que harán el sábado próximo el kirchnerismo en el Teatro Argentino de La Plata y el peronismo disidente en el club Obras Sanitarias. “Usted observe quiénes van a estar en el acto de La Plata que está organizando (el vicegobernador Alberto) Balestrini y el que va a hacer Solá, donde va a juntar a De Narváez con Rodríguez Saá, Romero y algunos más que ya forman parte del pasado. Y digo algunos porque ni Duhalde va a ir”, desafió.

Veamos como se configura el peronismo para adelantarnos a escenarios próximos También en nuestras provincias

Otro juego, unir los puntos:

¿cuales serán los otros actores y las principales disputas en el escenario venidero? Con el conflicto del campo se habló del partido de los medios ("golpean como partido y se defienden con libertad de presna", se decía). ¿qué va a pasar con ese actor ahora con una nueva ley de medios?

Un pragmático de la política que supo militar con Carlos Menem, Duhalde y Kirchner, le dio una vuelta de tuerca al asunto: “No nos engañemos, la pelea principal de acá al 2011 va a ser con los medios que están contra la ley de radiodifusión (por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual). Ellos van a poner a un candidato. Si es un radical no tenemos mucho para hacer, pero si es Reutemann o Macri, desde el peronismo se les va a complicar”.

12 octubre 2009

¡Ahora van por los medios!

Spots de Radio Universidad de Rosario, denunciando las terribles consecuencias de esta nueva avanzada del "poder" para controlar todo... Tengan miedo!