Elecciones
Argentina 2007
¿QUÉ ELEGIMOS?
El actual
periodo electoral invita a ponerse en el
escenario siguiente. Lo hace en un camino pungido por episodios
nacionales y provinciales que evidencian la complejidad del momento. En una
situación en la que las cartas parecen estar echadas, qué se va a
elegir depende de las intervenciones que se puedan sostener después.
La sociedad argentina se ve desafiada a reponer y sostener una mirada amplia y
profundamente política del voto y las elecciones.
El
país tiene pendiente, y a la vez en ciernes, el desafío de recrear su vida
política. La propuesta a intervenir en el
escenario político actual desafía a hacerlo con una mirada histórica,
fuertemente humana, conciente de las posibilidades, pero también de los límites.
Una mirada de actores, no de espectadores. De ciudadanos, no de víctimas. Protagonistas de la
democracia capaces de levantar la mirada y ponerse en los escenarios
próximos con realismo, imaginación y apuestas.
VOTO A LA POLÍTICA Interrogantes y aportes
para estas elecciones. 4
Sociedad, Distribución del Ingreso y
Futuro. 12
Identidades y representaciones
políticas. 14
Protagonismo de las organizaciones
sociales Se trata de construir
representatividad política. 16
Arenas, agendas,
actores
Por Néstor Borri y Fernando Larrambebere
*
En una situación en la cual las dudas no son
centralmente sobre “quién ganará” las próximas elecciones, aparece la
oportunidad de enfocar las energías y las reflexiones en interrogarnos y buscar
caminos con respecto a qué vamos a
elegir. No se trata de lo mismo: es mucho más que solamente atisbar quién
ha de ser el próximo presidente, o cuál ha de ser el próximo elenco
gubernamental. Más bien, teniendo en cuenta todo esto, lo que está en juego y es
necesario preguntarse –y “responderse” parcialmente con el voto– es qué procesos será posible –y, como supuesto, cuáles
consideramos necesarios– habilitar, y en qué
condiciones y escenarios habrán de construirse propuestas y actores según sea el
resultado de la elección: otra vez, no sólo quién gane la presidencia, sino todo
el escenario, que ya se viene desplegando, por cierto, con las elecciones
provinciales.
***
Frente a las voces que dicen que no hay recambios en la escena política y en las clases dirigentes, entendemos que sí los hay: la arena política del país tiende a rediseñarse y eso tiene que ver con muchas otras cosas además del cambio (o no) de nombres y dirigentes. Las fronteras entre partidos no son las mismas que en la década anterior. Tampoco lo son los vínculos internos y las relaciones de fuerza. También hay reacomodamientos en las fronteras y relaciones entre los partidos y la sociedad, los movimientos sociales, las nuevas dirigencias (más allá de las valoraciones que hagamos de ellas). El hecho de que el peronismo aparezca como significante común de todo el espectro político no debe impedir ver lo cambios en curso, sino más bien invitar a ver su densidad e intensidad sin quedarse en la vulgata mediática, y viendo también sus limites. Respecto a las miradas que plantean la existencia de “hegemonismos” entendemos que más bien sucede que existen dificultades para construir democrática y viablemente la hegemonía que cualquier iniciativa y proceso de gobierno necesita. Por otro lado, aparecen ciertas dificultades y torsiones, y torpezas también que tienen que ver con la necesidad y el desafío de construir un a hegemonía compleja. Todo eso en ausencia o fuertes déficits de un poder social y un a consistencia societal, organizativa institucional y política que pueda traccionar esas construcciones en torno a intereses más ampliamente democratizadores y distributivos. En este mismo marco, se agravan las dificultades cando en alg un a medida, un a gran parte de la oposición disputa por fuera de lo partidario (por ejemplo, tiende a elegir a disputar en el campo de lo mediático y con un discurso entre la “moral” y la noticiabilidad lo que no puede disputar en la agenda política misma).
Lo partidario hoy llega con diferentes
nombres –ya no es más sólo, ni tanto, justicialismo y radicalismo, si no Frente
para
En esa línea, tres cortes atraviesan la
recomposición del escenario. En primer lugar, el que tiene que ver con el
perfil y rol del Estado. En segundo lugar, el peso de los intereses –pero
también de las necesidades de ciertos sectores del capital en el actual contexto
económico- y, en tercer lugar, el grado de ampliación o de disciplinamiento que se espera tenga la puja distributiva en
Argentina.
***
Aparece, y existe sin duda una tendencia a la inclusión. Afirmar o
reconocer esto es algo más complejo que reconocerse oficialista u opositor.
Porque se trata de un a cuestión con varias aristas: un alivio y un cierto –pero no desdeñable– efecto distributivo después de la
gran crisis, que en todo caso no anula las asignaturas pendientes al respecto
pero ciertamente existe. También un a forma diferente de generar riqueza, que
abre y no puede evitar que se consolide la puja por el salario, ya que en esta
etapa modelo requiere, incluso para generar ganancias concentradas y
asimétricas, un a participación diferente de los trabajadores que el de la
década anterior. Además, un a necesidad de cierta distribución que
permita mantener relativamente cohesionada a la sociedad y, en diferentes
medidas, atemperar la pobreza y la exclusión. Por último, pero no menos
importante, aparecen medidas concretas que
manifiestan un a voluntad– que es deseable se amplíe
y profundice- de equilibrar diferente el reparto de los costos e ingresos de los
sectores sociales, tanto desde el Estado como desde los sectores populares y sus
organizaciones.
***
Coexisten el desafío de la construcción de un a hegemonía compleja, al tiempo que un gobierno “ganador” pero relativamente débil, que necesita construir su poder (la construcción de hegemonía forma parte de la naturaleza misma del ejercicio del poder, y es notorio que muchas de las críticas que se le hacen en muchos casos vienen de aquellos que quieren que se reparta el poder por “gracia de Dios” o por derecho de propiedad, para no perder sus privilegios y no precisamente para garantizar la democracia, más allá de la retórica “republicano” o de “diálogo” que utilizan).
El desafío mencionado vale, en primer lugar, para cualquier direccionalidad de proyecto que se quiera sostener. En segundo lugar, vale “de abajo hacia arriba” y de arriba hacia abajo”. No se puede esperar- ni suponer, ni analizar o proyectar en términos de - un a construcción que vaya en un solo sentido. Además de esto, esta construcción compleja debe atender a que necesariamente se tratará de un período más difícil, y mirar al mediano plazo.
¿Cómo sostener un proyecto o un a intervención en la disputa electoral que efectivamente la trascienda? No sólo para estar en victoria, sino para estar en la política. La política es las dos cosas: si se quiere tener un proyecto a largo plazo y realista, es necesario tener “frentes para la victoria” y frentes (y proyectos y motivaciones) para atravesar las victorias y los logros parciales.
Lo que se somete a elección, como se dijo al
principio, no es sólo un presidente. Se elige las posibilidad de diferentes
relaciones de fuerza, relativas, valga la redundancia, pero no insignificantes.
***
No es menor preguntarse también por todo aquello que queda fuera de lo que se puede elegir o no en esta votación. Aquellos factores que actúan –resultan- justamente como “fácticos” y que no entran ni en las opciones, ni en las propuestas, ni son decidibles en la urna. Aquello que hay que enfrentar o transformar con poder social, gestión y acción de gobierno y de sociedad y de democracia. Preguntarse qué opciones no están, qué cosas hay que traer a ser disputadas políticamente. Cómo ampliar la democracia: la politización de sectores, temas y cuestiones. Qué traer a la agenda, a la arena y con los actores Qué no está hoy, pero que podría estar presente, ser “traído” en un o u otro escenario según como se elija en este mes de octubre.
Lo mismo vale para aquello que aparece en el discurso, pero espera ser
llenado de contenido, planteado con más fuerza en las batallas, debates y
propuestas, y sobre todo, sostenido en contiendas de actores que están más allá
y más profundamente que lo que admite en su seno y secuencia un escenario
electoral.
***
En el voto se elige no sólo quién va a representar, sino las opciones de ir construyendo otros tipos de representaciones y de representatividad. Otras formas del mandato y de la autocomprension de la sociedad misma Esto también hay que elegirlo y “meta-votarlo” en otros campos y coyunturas que no son el momento de la elección del 28 de octubre, en otras secuencias y con otras herramientas menos evidentes pero igualmente fundamentales.
La representatividad no se construye sólo de abajo para arriba, sino también de arriba hacia abajo. Pero, además, se construye “hacia los costados y en diagonal” : se trata de construir la articulación y la consistencia de actores –disputar intereses y efectivizar propuestas, mantener abiertos conflictos y graduar avances y retrocesos, tácticos y estratégicos de cara a proyectos que n un ca están del todo terminados antes de ponerse a rodar de manera incipiente.
Lo simbólico también está y estará en juego.
Si acaso vamos a tener un a mujer presidenta – y mas de un a candidata por
cierto- no es menor en cuanto a las representaciones que se mueven –desde
ya- detrás y delante de esto.
***
Junto con esto, vale tener a la vista los
próximos cuatro años en lo que se refiere a la posibilidad de disciplinar los
poderes que siempre “escapan” o intentan escapar de la democracia: el capital
concentrado, las fuerzas armadas, sectores jerárquicos de
Tener un a agenda más rica, con los conflictos que necesitamos ; tener un a
arena más amplia y abierta, con los escenarios de contienda que están
pendientes y tener actores
con la consistencia que hace falta
para construir a mediano y largo plazo un proyecto con más democracia y más
distribución: todas cuestiones que trascienden ampliamente la coyuntura
electoral y el hecho del voto, pero que al mismo tiempo están tan fuertemente
tramados y anclados en lo que éste hace (en el) presente: la voluntad, las
condiciones y la posibilidad , tan limitada y opaca como histórica y real, de
ejercer en igualdad la soberanía, la decisión y la libertad.
* Centro Nueva Tierra. Coordinación Proyecto
Escuelas de Ciudadanía
VOTO A
LA POLÍTICA
Interrogantes
y aportes para estas elecciones
Interrogantes
En estas
elecciones, en esta etapa de
Los siguientes
interrogantes buscan aportar al desarrollo de una mirada efectiva y
profundamente política del actual periodo electoral. Y seguir creando las
condiciones para preguntarnos juntos la pregunta política por excelencia: ¿Qué podemos
preguntarnos juntos?
Por N.B. / F.L. / Sebastián
Prevotel
1. ¿Qué puede pasar después del voto?
Una pregunta clave pare estas elecciones que
pone a prueba nuestra capacidad para ponernos en el escenario siguiente. Un
interrogante que invita a dimensionar qué significa votar, y qué significa para
¿Cuáles son los posibles escenarios siguientes? ¿Qué podemos hacer para impactar -al menos parcialmente- en lo que será el próximo escenario de la democracia?
Además de candidatos o propuestas de gestión y administración, se eligen sobre todo las posibilidades para la democracia, la cancha en la que podremos o no seguir disputando la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. Tener esto en cuenta implica:
- Preguntarse qué procesos, actores, límites u oportunidades pueden habilitarse -o no- con uno u otro candidato o fuerza política en el estado. En vez de ver a los sectores populares como un sujeto constituido de antemano, se trata de mirar, imaginar, proyectar la medida en que estos pueden constituirse como actores relevantes y significativos en relación al tipo de conflictos que se presenten como espacios de intervención en los escenarios próximos.
- Preguntarse también cómo uno u otro candidato puede marcar más o marcar menos la cancha a unos u otros intereses. Los empresarios y los grupos de poder concentrado no son los únicos con intereses: las organizaciones sociales, los sectores populares, por ejemplo, también tienen intereses. (Hablar de "intereses" no implica necesariamente intenciones espurias y oscuras. Del mismo modo que tampoco se trata de elementos puros y homogéneos. Como históricos que son, los intereses van a ser siempre contradictorios e inerradicables de la vida social.) ¿Cómo construir las condiciones para asumir esto? ¿Qué opciones existen para un escenario y unos actores permeables a los intereses de los sectores populares en Argentina? ¿Cómo hacer efectivo un estado y unas políticas públicas tensionadas por intereses democráticos?
4Mirar en perspectiva, tanto hacia atrás, como hacia delante. Considerar qué significa la elección de uno u otro candidato en el marco de una historia compleja. Y de procesos que no se agotan en los resultados de una elección (porque hay otros procesos y formas de hacer política democráticamente, y porque apostamos a que habrá otras elecciones a las que se llegará atravesando las actuales).
Hay democracia en la medida en que hay posibilidades de asumir sus propios límites y conflictos (históricos, humanos) y trabajar sobre ellos. Desafío que llama a la imaginación y el realismo político para la incidencia en los escenarios próximos.
¿Cómo nos vamos a mover y con qué relaciones, riesgos, límites y oportunidades en estos escenarios posibles?
Más inmediatamente: ¿Cuánto de lo que reflexionamos y decimos en torno a la coyuntura electoral lo estamos pensando en estos términos? ¿Cuánto pensamos "nosotros" y cuánto "otros" piensan por nosotros?
2. ¿Qué se elige?
Además de la pregunta sobre "a quién vamos a elegir", el "qué" tiene mucha relevancia en la democracia y más aún en la etapa actual de nuestro país.
¿Qué escenarios se elijen?
¿Qué futuras decisiones o posibilidades de decidir?
¿Para quiénes?
¿Qué proyectos de país?
¿Qué posibles Estados? ¿Qué ministerios?
¿Qué tipo de gestión?
¿Qué políticas públicas? ¿Qué beneficiarían a quienes?
¿Qué tipo de relación entre los actores sociales?
¿Qué relaciones entre estado y sociedad?
¿Qué maneras de intervenir en los conflictos centrales del país?
¿Qué posible distribución de la riqueza puede elegirse?
Por otro lado, un dato no menor de las elecciones actuales es, en términos de cantidad, lo mucho que estamos eligiendo. Tanto a nivel nacional, como en las provincias y localidades, el número de cargos que se renuevan y de áreas del Estado que están en juego es muy grande. También podemos preguntarnos en este sentido qué elegimos y qué elegiremos.
Elegir, en política, tiene mucho de apuesta. En el juego democrático no hay elecciones absolutas, siempre queda un resto, un margen, de indefinición que nos desafía a generar las condiciones y a intervenir en los procesos para hacer posible aquello que elegimos.
3. ¿En qué proceso histórico se insertan estas elecciones y qué "historias" las atraviesan?
Se trata del proceso histórico en el cual se insertan estas elecciones. Cuando decimos "estas elecciones" podemos ver puntualmente las de octubre de 2007 o -más bien- el largo periodo de elecciones que viene siendo este año. Podemos ver también el largo periodo que venimos teniendo posteriormente al 2001 o aquel, más largo todavía, que venimos teniendo desde la reinstauración de la democracia en 1983.
Nos cuestionamos acerca de los procesos históricos. Preguntarse estos cómo dan sentido a las elecciones y, a la vez, son dotados de sentido por ellas, implica ver lo puntual y ver también en términos de procesos.
¿Qué condiciones y capacidades tienen nuestras organizaciones para levantar la mirada, ver hacia atrás, hacia delante, ver lejos? ¿Es posible construir mirada de largo plazo? ¿Bajo qué condiciones? ¿A qué costos?
¿Qué significa la etapa actual del país vista desde este 2007? ¿Qué significa ver esto desde diciembre de 2001? ¿Qué significa desde una mirada que considere el camino democrático recorrido desde 1983? ¿Y desde más atrás?
¿Podemos dar cuenta de las luchas y relaciones de poder que atraviesan este periodo democrático? ¿Qué disputas y conflictos aparecen como significativos? ¿Qué dicen y qué nos dicen en el marco de las elecciones actuales?
¿Cómo ver los procesos que se habilitan desde la perspectiva larga y profunda de necesidad de reconstituir poder social y movimiento popular respecto para sostener proyectos de país, de democracia, de estado, de distribución de la riqueza?
4. ¿Qué preguntan y qué preguntas habilitan los candidatos?
Además de ver qué van a hacer los políticos si son elegidos o no, es necesario e importante ver qué procesos pueden habilitar o bloquear. En buena medida, la política tiene más que ver con la capacidad de generar preguntas que de dar respuestas. Los interrogantes que abren o cierran -o propician a abrir o cerrar- los distintos candidatos con sus acciones y discursos tienen relevancia.
¿Qué preguntan los candidatos? ¿Qué se preguntan? ¿Qué nos preguntan?
¿Qué tipo de preguntas, inquietudes, interrogantes se plantean a través de sus discursos y sus acciones?
Las preguntas no siempre aparecen explícitamente, entre signos de interrogación: ¿Sobre qué cosas y temas los candidatos comunican inquietudes y buscan inquietar, con-mover? ¿Sobre qué cosas no?
¿Qué preguntas habilitan? ¿Quiénes son esos otros que pueden preguntárselas y preguntarlas? ¿Qué actores y sectores pueden preguntarse sobre qué temas?
¿Qué poder pueden tener una vez elegidos para hacer uno u otro cambio, para implementar o no cierta política, para responder a uno u otro interés?
¿Qué relaciones se establecen entre candidatos,
propuestas y supuestos?
5. ¿Qué actores pueden constituirse o adquirir mayor relevancia en el próximo escenario (dependiendo del resultado de la elección)?
¿Qué pasaría con los actores sociales y políticos en el caso de elegirse uno u otro candidato?
¿Qué condiciones habría para constituir o recomponer actores de cara a la democratización y la distribución de la riqueza?
6. ¿Qué otras formas de elegir y de participar, de intervenir e implicarse, es posible sostener además del voto?
Además de la elección de representantes para la conducción del estado, está en juego el funcionamiento del estado mismo, más allá de quienes lo conducen. Es un tiempo de elegir candidatos, pero también de elegir quienes van a gestionar la construcción de ciertos escenarios además de tomar ciertas decisiones.
Más ampliamente, está en juego qué tipo de representatividad somos capaces de construir y sostener; cuestión que no depende tan sólo del voto como mecanismo democrático (de hecho, hay actores y sectores de poder que no necesitan votar para condicionar el estado).
7. ¿Cómo y en qué medida es posible influir en los diferentes modos de funcionamiento del estado por medio del voto?
¿Cómo puede la elección por medio del voto intervenir en la reconstrucción del estado democrático?
Un punto de partida puede ser preguntarse qué ha cambiado y qué no en los últimos años. ¿Qué ha cambiado y qué no en la relación entre los niveles del estado (nacional, provincial, municipal/local) y los poderes del estado (ejecutivo, legislativo, judicial)? ¿Qué más puede cambiar con estas elecciones?
En política, son las relaciones las que definen los términos. Así, si por ejemplo los dirigentes a nivel nacional siguieran siendo los mismos, no podríamos decir "seguimos igual" si las disputas y dirigencias locales han cambiado, si el contexto internacional cambia, si los actores del escenario cambian. Del mismo modo, una provincia puede no cambiar de signo político o de gobernante y aún así el escenario puede ser nuevo.
Esto supone ver diversos recortes y relaciones:
§ Los poderes del estado.
§ Los niveles del estado.
§ El aparato estatal y el gobierno.
§ El poder político no estatal.
§ El poder estatal no político, más allá de las elecciones, las burocracias y tecnocracias.
§ Las redes de poder.
§ El poder "más que político" y "no político".
8. ¿Con qué mecanismos de elección contamos?
A nivel nacional, provincial, local:
¿Entre quiénes se puede elegir y quiénes se pueden candidatear? ¿Quiénes pueden elegir? ¿Qué condiciones hay para elegir y candidatearse? ¿Cómo son las proporciones en términos cuantitativos?
Distinguir entre la posibilidad de votar y la distancia que hay con la posibilidad de constituir las opciones entre las que se votan, implica preguntarse por nuestra cultura política y por la institucionalidad democrática. Y por las posibilidades/imposibilidades de intervenir constructiva, creativa y democráticamente en ambas.
9. ¿Cómo se hace presente en las elecciones el tema de la distribución de la riqueza y del poder?
En el discurso de los candidatos,
en los medios,
en las propuestas,
en nuestro propio discurso sobre las elecciones,
en las razones para elegir…
¿Qué estamos proponiendo al respecto (personalmente, desde nuestros espacios y organizaciones, como dirigentes y animadores)? Y en el mismo sentido: ¿Qué estamos leyendo?
¿De qué podemos dar cuenta (dar-nos cuenta, contar, narrar, hacer narrable)?
10. ¿Qué es posible "capitalizar" para el escenario siguiente?
Más allá de la victoria o la derrota, más allá de la participación directa o indirecta:
¿Qué aprendizajes sacamos en limpio?
¿Qué relaciones? ¿Qué estructuras y qué participación en ellas?
¿Qué fronteras y posibilidades en nuestra cancha de juego? ¿Qué próximos pasos?
¿Qué mapas para la acción? ¿Qué herramientas?
¿Qué prioridades? ¿Qué nuevas apuestas y desafíos?
Entrevista a Hugo
Yasky, Secretario General de
“Nuestro pueblo continúa
en una búsqueda de transformación social”
–¿Qué lectura hace del
escenario político para estas elecciones?
Todavía estamos viviendo la continuidad del movimiento de las capas geológicas del mundo político que significó la crisis del 2001. Todavía siguen existiendo reacomodamientos y resquebrajamientos. Pero aún no se llegan a expresar, desde las diferentes construcciones políticas que presenta el mapa electoral, las demandas de transformación que apuntan a garantizar mayores niveles de justicia social, democratización y recuperación de la autonomía nacional de nuestro país.
–¿Qué posibilidades se
habilitan para la sociedad en su conjunto y las organizaciones
sociales?
Existe una agenda social que tiene como eje una distribución más justa de la riqueza y la recuperación del Estado como instrumento de expresión de las demandas populares como elementos centrales. Como dinámica movilizadora de las organizaciones sociales, tanto la expresada a través de los conflictos sectoriales –protagonizados por organizaciones sindicales vinculadas con el tema de los convenios y los salarios–, como también la de organizaciones sociales que se expresan en cuestiones tan diversas como la defensa del medio ambiente, la defensa de la educación pública, las reivindicaciones concretas de los distintos barrios. Y hay otra sintonía por la que transcurre el discurso de la política electoral y que no siempre tiene puntos de contacto con esta realidad que subyace.
De todas formas, hay resultados electorales que son como temblores que de alguna manera están preanunciando que nuestro pueblo continúa en una búsqueda de transformación social y de profundización de esa transformación social. Por su lado, los factores de poder no logran recuperar la capacidad de establecer el sentido común en su discurso dominante.
–¿Cuáles son los posibles
escenarios siguientes? ¿Cómo podemos incidir en él?
Vamos a estar en un tiempo político que, en
América Latina, marca una sincronía de procesos populares que buscan nuevas
formas prácticas de la democracia y –sobre todo– del
intento por recuperar el sentido social y el contenido social de las políticas
en el seno de nuestras sociedades. Entiendo que ese tiempo es como una flecha
que está en el aire. Todavía ese impulso sigue abriendo la potencialidad de una
profundización de la transformación.
Al mismo tiempo, aparecen signos claros de
que los grupos dominantes y sectores vinculados a los grupos de poder empiezan a
intentar recuperar la iniciativa para poner freno a esos procesos. Lo vemos en
Bolivia, en Brasil, en Venezuela y de alguna manera, aunque con más
contradicciones, esta suerte de fuerzas encontradas se encuentran también en nuestro país. El proceso que se abre
ante nosotros contiene potencialmente la posibilidad de profundización y avance
de las demandas de los sectores populares, pero del mismo modo va a enfrentar
una contraofensiva tendiente a encajonar la gobernabilidad en el marco de las
políticas que tradicionalmente signaron las últimas décadas de nuestra historia,
en
En ese sentido, algunos sectores empresarios secundarizan el resultado electoral y comienzan a plantear un programa de restauración de lo que eran las lógicas neoliberales. Ajustes tarifarios, ponerle techo al gasto fiscal, recomponer el frente externo arreglando con el Club de París y los tenedores de bonos de deuda externa. Aparece todo un programa que secundariza lo electoral y pretende marcar el rumbo de una suerte de restauración del neoliberalismo.
–¿Qué otras formas de
elegir y participar, de intervenir e implicarnos, podemos sostener además del
voto?
Aquí es clave el papel de la movilización social, la participación canalizada a través de las distintas vertientes de las organizaciones populares. El objetivo de la democratización de la sociedad tiene que estar –y está– como punto central y convergente de distintas demandas que tienen que ver con las necesidades insatisfechas de nuestro pueblo.
En ese marco, es fundamental la presencia,
cada vez con mayor capacidad de convocatoria, de las organizaciones que expresan
su demanda por una paritaria social para discutir la distribución de la riqueza.
Organizaciones que tienen que ver con organismos de derechos humanos,
organizaciones barriales y territoriales, la central de trabajadores, las
organizaciones gremiales, el estudiantado, las vinculadas al Movimiento de los Chicos del Pueblo.
Hay un abanico de organizaciones que van enhebrando movilizaciones
y marcando el pulso de un tiempo político. Sin llegar a tener una incidencia
directa en los resultados electorales, sí tienen una incidencia directa en la
coloración política de los tiempos que están impregnados de la disputa por
mejorar las condiciones reales de vida.
En ese camino, la convocatoria a la
constituyente social aparece como el intento de enhebrar demandas de distintos
sectores. En la marcha que se realizó el día 28 de agosto por la demanda de una
paritaria social, convergieron sectores de la pequeña y mediana producción
urbana, del campo, organizaciones sociales, sindicales, juveniles. Actores que
de alguna manera trazan un mapa todavía incompleto, un mapa al fin, del campo
popular en movimiento.
–¿Qué preguntas hay que
hacerse para tener una mirada política estratégica de las
elecciones?
La pregunta fundamental es la de cómo construir más allá del resultado electoral las relaciones de fuerza que le permitan al campo popular fortalecer y profundizar la tendencia a avanzar en políticas que tengan como prioridad nacional y como cuestión de Estado una distribución justa de la riqueza y la reformulación de la vinculación que tiene que existir entre crecimiento económico, desarrollo social y mejoramiento de las condiciones de vida real de nuestro pueblo.
Ese es el gran interrogante. En cualquier escenario: ya sea en el hipotético caso de que emerjan del proceso electoral fuerzas que quieran impulsar el proceso de cambio; o en el peor escenario, en el caso de que finalmente se impusieran aquellos que pretenden de distinto modo implementar políticas de restauración, el gran interrogante es cómo lograr que la unidad del campo popular y que la capacidad de las organizaciones populares de tomar iniciativa política y de acompañar estas iniciativas con movilización social pueda ser clave y jugar un papel fundamental.
Entrevista: Ariel Orazzi.
Entrevista a Victorio Paulón,
Secretario General de la
Unión Obrera Metalúrgica (OUM) Villa
Constitución (Santa Fe)
“Es tiempo de construir un programa
histórico desde el movimiento obrero”
–¿Qué lectura hace del
escenario político para estas elecciones?
La percepción es que habrá una continuidad del actual gobierno y en lo esencial de su proyecto económico. Se me ocurre que nada cambiará demasiado después de octubre salvo que el poder real logre consolidar posiciones. Más avanzado que esto y con posibilidades no se visualiza nada en el plano electoral. En lo económico, Kirchnner sigue el viejo modelo de los 90, avanzando en materia de empleo y negociación colectiva. Los sectores favorecidos históricamente han tenido en este periodo ganancias extraordinarias y la participación de los asalariados en la renta nacional no ha recuperado posiciones en la medida del crecimiento económico. Dicho de otra manera: el aumento de la productividad sigue superando al crecimiento salarial.
–¿Qué posibilidades se
habilitan para la sociedad en su conjunto y las organizaciones
sociales?
En ese terreno es importante la cuestión de la libertad sindical y prestar atención a las luchas que los trabajadores están librando para modificar la distribución del ingreso en este país. La sensible baja de la desocupación genera un escenario diferente y más favorable para la clase trabajadora frente a sus patrones. Creo en los nuevos escenarios a partir de estos datos y la lucha contra el trabajo precario, en negro, tercerizadas y contratistas. La convencionalización y el registro de los trabajadores adquiere un carácter estratégico. En contra de esto juega la presión oficial sobre los conflictos y la represión como se ha verificado en reiteradas ocasiones.
–¿Cuáles son los posibles
escenarios siguientes? ¿Cómo podemos incidir en él?
Después de las elecciones puede haber un intento de pacto social o algo parecido para lo cual nos encontraremos en un escenario nuevo y debemos prepararnos. Creo que es tiempo de construir un programa histórico desde el movimiento obrero que sirva de guía para la acción sindical. Para ello debemos promover un gran debate en el mundo sindical y poner las bases que nos coloquen claramente en un terreno de representación de los intereses colectivos. En esto podemos decir que octubre del 2007 puede ser la recuperación de las demandas del 2001 como fue lo del FRENAPO, la lucha contra la pobreza y la libertad para la sindicalización de los trabajadores.
–¿Qué otras formas de
elegir y participar, de intervenir e implicarnos, podemos sostener además del
voto?
Existen formas que van más allá de la democracia representativa y tocan aspectos de profundización de la democracia, formas de consultas y plesbicitos que a mi entender tienen más que ver con la demanda social organizada que con la iniciativa oficial. Como sindicatos y como central deberíamos impulsar iniciativas nacionales y locales que movilicen a los trabajadores más allá de la lucha económica. La inclusión y el empleo tienen que ver con estrategias de reindustrialización de nuestro país en un plano más sustentable que en el pasado y en un marco de mayor integración regional. Es necesario aprovechar la existencia de gobiernos progresistas en la región y la relativa perdida de control del imperialismo para consolidar instituciones que sirvan para construir más la patria latinoamericana.
–¿Qué preguntas hay que
hacerse para tener una mirada política estratégica de las
elecciones?
Debemos preguntarnos si este gobierno sirve al objetivo de avanzar en este sentido o hay que buscar caminos alternativos. Personalmente pienso que la derecha esta débil electoralmente pero busca sin cesar construir su alternativa. Profundizar la etapa sin servirles es nuestro desafío. En ese aspecto es fundamental el rol de las organizaciones sociales entre las que está el movimiento sindical. La demanda social para revertir el carácter injusto y regresivo de la distribución de la riqueza y en esa lucha construir nuestra propia herramienta de participación política.
Entrevista:
A.O.
Entrevista a Mabel Gabarra, dirigente de INDESO Mujer
(Rosario, Santa Fe)
“Trabajar por una participación
que
vaya más allá del voto”
–¿Qué posibilidades estas
elecciones habilitan o bloquean para la sociedad en su conjunto y las
organizaciones sociales?
Creemos que
las próximas elecciones nacionales no auguran cambios significativos en lo
económico, lo político y lo social. Más allá del cambio importante que
significaría el hecho que una mujer sea elegida como presidenta, sabemos también
que este gobierno, como el que vendrá, si bien han tomado algunas medidas
importantes en lo que se refiere a las reivindicaciones de los movimientos de
mujeres, no se han pronunciado sustantivamente sobre las mismas hasta el momento
en la campaña electoral. Creo que el bloqueo de posibilidades no viene
exclusivamente de quienes serán elegidos sino de la oposición de la derecha y de
la fuerza de quienes luchamos por esos cambios, que todavía no alcanzan para una
movilización que los haga posibles.
–
¿Cuáles son los posibles escenarios siguientes? ¿Qué podemos hacer para
impactar al menos parcialmente en el escenario
resultante?
Después del voto, creemos que nada cambiará demasiado. Seguiremos trabajando en la construcción de ciudadanía. Nosotras, especialmente desde las mujeres.
Sólo podemos impactar en el escenario
resultante si tenemos fuerza, si el Parlamento cambia su composición actual, si
nuestros movimientos crecen y se habilitan espacios ciudadanos de participación,
por ejemplo la reglamentación de la consulta y la iniciativa popular,
herramientas que desde
–¿Qué otras formas de
elegir y participar, de intervenir e implicarnos, podemos sostener además del
voto?
Una
de las principales cuestiones que tienen que ver con la profundización de la
democracia es trabajar por una participación que vaya más allá del voto,
potenciar todas aquellas instancias que significan una superación de la
democracia representativa, tales como las mencionadas anteriormente, el
presupuesto participativo y las instancias de participaciones de las
organizaciones sociales en espacios nacionales y regionales, que signifiquen una
cuota de decisión, y no simplemente la consulta para legitimar las decisiones
tomadas por los/las representantes.
–¿Qué preguntas hay que
hacerse para tener una mirada política estratégica de las elecciones?
Las preguntas
que hay que hacerse tienen que ver con qué decisiones pueden tomar quienes
resulten electos, que impliquen un avance en el proceso de profundización de la
democracia, de mayor participación en la distribución de la riqueza, donde se
vayan eliminando la pobreza y las discriminación de todo tipo, aumentando el
empleo, mejorando la educación, y el cuidado del medio ambiente, en definitiva
la calidad de vida de la sociedad. Y que avancen en la autonomía respecto a los
dueños del poder económico y de
La
construcción de poder de los sectores populares creemos que va por otro carril,
que poco tienen que ver con la buena o mala calidad de las políticas sociales
impulsadas por los gobiernos, incluido el actual, sino con las alternativas que
vayan surgiendo desde los movimientos sociales, que aumenten su poder de
convocatoria, de incidencia y de articulación.
–¿Qué preguntas están
impulsando como organización hacia adentro y hacia fuera, a la
sociedad?
Desde nuestra inserción en el movimiento de mujeres, nos preguntamos hasta cuándo nuestras reivindicaciones sólo serán levantadas por nosotras, y qué sociedad más justa podemos construir si no eliminamos la discriminación contra las mujeres.
–¿Cómo se hace presente en
las elecciones el tema distribución de la riqueza y el poder en la
sociedad?
Se
está haciendo presente en algunas elecciones provinciales aunque muy
embrionariamente. Hay menor voto cautivo partidario, no hay voto de confianza y
esperanza que dure mucho. La ciudadanía muy lentamente, empieza a cuestionar los
feudos, exige mayor transparencia en la gestión, mayor participación en los
ámbitos de poder y la disminución de la pobreza, pero creemos que todavía
estamos lejos de un planteo desde abajo o de una oferta electoral donde se
discuta seriamente la distribución de la riqueza y de poder en nuestra
sociedad.
Entrevista a Silvia Herrera, dirigente del Instituto de
Cultura Popular (INCUPO)
”Hay necesidad de mirada
crítica”
–¿Qué posibilidades
habilitan estas elecciones para la sociedad en su conjunto y las organizaciones
sociales?
Toda elección genera movimientos, por la expectativa que generan y por las campañas de los candidatos, esta no escapa de los parámetros normales. Dependiendo del grado de compromiso y organización que se tenga, estos movimientos canalizan oportunidades o quedan en simples acciones electorales. Como siempre, habilitan a dar opiniones, a generar espacios de debate entre las distintas organizaciones, a discutir y a pensar propuestas alternativas. Nos posibilitan para buscar un cambio.
–¿Qué posibilidades
bloquean?
Paradójicamente en la forma en que se están dando las campañas electorales a niveles provinciales, y principalmente en el norte todo lo que una elección te da como posibilidad es a la vez un bloqueo, porque quienes son los candidatos disfrazan la participación con oportunismos y las construcciones con dádivas y en la mayoría de los casos bloquean la posibilidad de generar cambios profundos.
En los lugares como Formosa, por ejemplo, con un gobierno provincial tan autoritario, el clima electoral endurece las luchas sociales. Ya sea por la acción permanente de “tapar los trapos sucios” o por el aumento de “donaciones” a las personas involucradas.
–¿Cuáles son los posibles
escenarios siguientes? ¿Qué podemos hacer para impactar al menos
parcialmente en el escenario resultante?
No creo que el voto marque un antes y un después en el escenario. Creo que para impactar el trabajo es pequeño, en escala y a largo aliento. Hay necesidad de mirada crítica.
–¿Qué otras formas de
elegir y participar, de intervenir e implicarnos, podemos sostener además del
voto?
Generando espacios de debate, multiplicando espacios organizativos, conociendo y haciendo cumplir los mecanismos instalados constitucionalmente para dar nuestra opinión. Apoyando la formación de nuevos perfiles de conducción. Generando organización que se comprometa con las realidades sociales del lugar.
–¿Qué preguntas hay que
hacerse para tener una mirada política estratégica de las elecciones? ¿Qué
preguntas están impulsando como organización hacia adentro y hacia fuera, a la
sociedad?
¿Qué desarrollo queremos para Argentina? ¿Qué campo queremos para Argentina? ¿Qué desarrollo con la realidad demográfica del país? ¿Qué distribución impulsamos? ¿Por qué el hambre en el país de los alimentos?
¿Cómo se hacen presentes las distintas
culturas campesinas e indígenas en la construcción del país? ¿Qué
significado tiene en
¿Qué sabemos de las luchas de las organizaciones populares?
–¿Cómo se hace presente en
las elecciones el tema distribución de la riqueza y el poder en la
sociedad?
Concentrado y camuflado.
Entrevista: A.O.
Conversaciones
Por Susana
Ramos*
Este es un tiempo en el que nuestras conversaciones están permanentemente atravesadas por el clima electoral. Tanto la propaganda, como los hechos y dichos de los y las candidatos/as ocupan un lugar preponderante y aun a costa de cierta saturación, es necesario, urgente y hasta obligatorio que hablemos.
Estamos más que acostumbrados/as a que se presente a la política como toda ella desvastadota o chatarra, tiene mucha y mala prensa en la mayoría de los casos, por eso es un desafío a acordar y a construir que dejemos de pensar en la política como ese lugar donde depositamos todo lo sucio y corruptible, para darle la bienvenida a la oportunidad de dialogar, discutir, disentir, acordar, articular, decidir.
Si están de campaña los partidos políticos, estemos también de campaña los ciudadanos y ciudadanas, convirtámosla en una ocasión para pensar, nombrar, narrar lo que nos pasa y lo que queremos que pase, porque con nuestras elecciones se juega el modo de construir el proceso democrático. Si desde lo más próximo de nuestras opciones y prácticas somos capaces de romper el círculo vicioso de la queja y el lamento para convertir esa energía en una capacidad creativa, pasando del enraizado uso de sustantivos (objetos independientes de nuestro pensamiento) a los verbos, en una dinámica para la acción que nos implique, movilice y nos haga producir un discurso que nombre las realizaciones que deseamos; le de sentido al camino que vamos recorriendo y al horizonte que vamos diseñando.
Las conversaciones en los diversos espacios en los que nos movemos son un lugar privilegiado para que una nueva subjetividad adquiera carta de ciudadanía. Quedan muchos bordes, geografías humanas en los que el diálogo, las conversaciones siguen siendo muy escasas, y demasiado poco conocidos sus relatos. Por eso democratizar la palabra es una acción de justicia, una invitación ética a sernos prójimos de los y las que están en los márgenes y fronteras.
Los datos de la realidad tanto en
El nuevo relato por construir es una tarea mística y política tejido con sentido y proyecto, deseos y razones, búsquedas y encuentros, limites y esperanza, rupturas y nuevas configuraciones, requiere una mirada incluyente, una interpretación amplia, una comprensión generosa y un deseo inalterable de construir felicidad publica, porque la promesa de vida en abundancia es para todos y todas.
Las elecciones son una opción por la democracia y es responsabilidad de todos y todas construirla, entonces bien podríamos preguntarnos: ¿Cómo soñamos vivir en democracia? Seguro que tenemos un sueño compartido.
* Religiosa y educadora. Hermanas Azules
(Buenos Aires)
Sociedad, Distribución del Ingreso y Futuro
Por
Dónde, quiénes y cómo se gener
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Los "quiénes" o person
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* Economista.
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Historiadora.
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El ejercicio de elegir
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* Educadora. Vice-presidenta del Centro Nueva Tierra
Identidades y
representa ciones política s
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El tiempo por venir
Por Humberto Shikiy
Tiempos de elecciones: tiempos de decisiones
de ejercicio ciud
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Veremos que pl
distribución de
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*Socio de Centro Nuev
Fuera de agenda
Cristian arroyo*
A nivel nacional, se presenta la posibilidad de continuar y profundizar el proceso que se inició en el 2003. Estamos hablando de continuidad del proyecto de autonomía nacional con visión latinoamericanista, de confrontación con el poder financiero, de construcción de un proyecto productivo, de la inclusión de millones de trabajadores. Lo que queda por profundizar es claramente la distribución del ingreso y la renovación de la política.
Frente a este modelo existe una oposición que expresa la vuelta al pasado pero que no puede presentar a la sociedad sus proyectos. El retorno al neoliberalismo está fuera de la agenda. No hay herramientas ni espacio desde la oposición para platearlo. Lo que no quiere decir que siga siendo el proyecto de máxima de la derecha vernácula.
Lo que sí está en agenda es la profundización de un modelo, la distribución de la riqueza, la calidad institucional. Por lo menos son temas que pueden ser discutidos.
De acá en más se abre la posibilidad de discutir cuestiones estratégicas sobre la base común de un proyecto nacional productivo y con inclusión social.
En la provincia de Buenos Aires las organizaciones sociales hemos perdido protagonismo con respecto a la elección anterior. Sin embargo a nivel nacional hay muchas organizaciones que somos parte del proyecto nacional en marcha y en las provincias son justamente las organizaciones sociales las que resisten la continuidad de las viejas estructuras. Claramente expresan la novedad, aunque falte elaborar un discurso y un actor colectivo capaz de ser alternativa al poder establecido.
También es cierto que en las grandes ciudades la identidad de las organizaciones sociales como capital político es menor ahora que hace unos años, justamente porque ahora está habiendo un cambio en la naturaleza de los conflictos. Estos tienen que ver más con lo gremial, con la distribución del ingreso a partir del salario.
* Grupo Sur. Movimiento Evita (Mar del Plata)
Protagonismo de las
organizaciones sociales
Se tra ta de
construir
representatividad política
El
L
En 2006 se formó el Foro por
–¿En qué contexto
soci
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Pero el territorio de p
Partidarios de
vivir
Para tiempo de
elecciones
El voto
/
Una fracción de
libertad
Quizás, una libertad fragmentada. limitada medida y mediada
Opaca. Muy mortal, muy de este
mundo
(sin embargo, rara
también)
A veces (parece) casi
insignificante
Sin embargo, con un sentido siempre construible, ampliable
Libertad perfectible
por el mismo motivo por el cual no es
perfecta
conseguida con mucho esfuerzo
siempre
No vemos sus
resultados:
se pierden y al mismo tiempo
despliegan
casi se desperdicia,
parece
pero también en la densidad de la
historia es que cuajan
La representación
/
Hacerse presente en y con
otros
desde un cuarto oscuro
que es símbolo resultado y expresión
de unos márgenes que somos capaces de
darnos
donde ejercer la elección y constituirnos
como electores,
Eligiendo, nos
elegimos
Hacerle lugar al elegir(se): vale también
-al pensar una y otro (la representación y el
cuarto oscuro)-
hacer presentes los otros lugares
donde
la decisión propia es soberana entre
las opciones
la palabra silenciosa y que grita a la
vez
puede no sólo elegir una
boleta
sino también y sobre
todo
constituir las opciones entre las que se
elige
Siempre hay un resto del tamaño de un
gesto
de una libertad en
filigrana
de un momento
donde no sólo no somos "sólo
víctimas"
Sino hombres y
mujeres
Vivientes
Partidarios de vivir
Tomando
partido
Siempre somos capaces de alguna
libertad
De
palabra
De
elección
De silencio a
veces
Política "tradicional"
/
Dicen también otros
Oponiéndola a "lo
nuevo"
Quizás valdría la pena
rescatar para nosotros una tradición
interrogada
Una capacidad de crear a partir de un camino
de historia
De las largas intensas densas
epopeyas las incursiones democráticas de
nuestro pueblo nuestros pueblos a lo largo de décadas
Quizás también valga hacer
"votos"
-apostar- acaso no a la política
tradicional
pero sí a la política con tradición
-sabiendo al fin y desde el principio que
toda creación "traiciona" una tradición…allí mismo donde política propiamente
dicha es siempre creación
Puro verso dicen otros
La política es puro
verso
Y sí lo es. Pura poiesis,
poesía y producción
también
Una decisión que, como el
canto,
saca de la nada la posibilidad
de crear-poner los nombres de las
cosas
Sí, palabras humanas, tan listas para el
juramento, los poemas,
la promesa como para la mentira.
¿Con qué otra cosa habríamos de hacer política y
promesas
sino con palabras
humanas?
"Sobran
políticos" dijeron muchos
durante muchos años
"La democracia es cara". Imperfecta.
Limitada
Falta política decimos nosotros: Pongamos
política
Falta y hace falta abrir puertas y caminos
para ir
de la resignación a la
resignificación
El voto es pequeño, breve, corto,
limitado
un gesto
insuficiente casi
invisible
Tiene todas las características en
fin
de
un paso o de una palabra
con los que cualquier camino
o juego o partido o historia
comienzan.
Fuentes y más
contenidos:
Boletín Nueva Tierra – www.nuevatierra.org.ar/bnt
Revista Nueva Tierra – www.nuevatierra.org.ar/revista
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